No es cuestión sólo ya, a estas alturas, de censurar y condenar a Marruecos por asaltar a sangre y fuego el campamento de población civil de Gdeim Izik, como también parecería ya reiterativo el insistir en que la soberanía del Sáhara la deben decidir los saharauis, o cómo ante esta situación, la actitud del gobierno español está siendo cobarde, complaciente y cómplice de los atropellos que se cometen en aquella región, hoy, pero también desde hace décadas.
En este sentido, uno ignora que deparará esta sucesión de hechos, y la respuesta a la intervención que se vaya a producir por parte de los agentes externos, políticos, económicos o diplomáticos, pero a lo que uno no se resiste es a reflexionar sobre el diferente rasero que aplican la ONU, la UE, y la propia España en este asunto, en relación a la valoración, actitud y consideración del caso cubano.
Está claro que mientras Marruecos es el amigo, haga lo que haga, viole lo que viole, Cuba es el adversario a batir. Es la hipocresía y el cinismo elevados a rango de arte...Marruecos lleva décadas violando normas internacionales respecto a su papel en el Sáhara, pero sigue siendo el amigo norteafricano...Cuba lleva décadas bloqueado política y económicamente, manteniendo una dignidad e independencia ejemplares respecto al modelo capitalista depredador de Occidente, pero su situación social y política está en el ojo de mira de todos los fariseos del escenario internacional, del político...pero también del mediático...que tampoco es inocente.
¿Pues se imaginan ustedes qué hubiese ocurrido, por ejemplo, si Fidel Castro hubiese encerrado una noche entera en un cuartucho a Angels Barceló y a otros dos periodistas de la SER?...Ese día El País se hubiese
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