sábado, 13 de noviembre de 2010

Carta al Papa

Sobre las Sectas Venenosas

       Mire Sr. Papa, me he propuesto no dedicarle más de cinco minutos a su visita a España, es más, no me apetece dedicarle más de cinco minutos a usted, en general, esté donde esté o vaya donde vaya…y es que yo soy así de irreverente…¿total?…ante un apóstata como yo, no se debería escandalizar nadie ¿no?…Un apóstata que, lejos de estar convencido de la inexistencia de dios, de lo que sí está seguro es del papel pernicioso y criminal que juegan y han jugado las religiones, en la convivencia del ser humano en el escenario mundial a lo largo de la historia.
     Y es que este apóstata no puede permanecer callado ante la hipocresía y cinismo de nuestras autoridades políticas, los de un bando y los del otro (en este bipartidismo que nos trivializa), o quizá, y eso es lo peor, ante la hipocresía y cinismo de una gran parte de la sociedad española actual…
     Porque, a ver, y si no recuerdo mal, nuestra Constitución del 78 dice que el estado español es aconfesional, ¿no?…y parece que ésto, ante un turista peregrino como usted que no viene precisamente andando ni penando con las incomodidades de otros peregrinos, esto no lo saben defender nuestros políticos, esos mismo políticos que en cambio sí se aferran a la permanencia de nuestra monarquía española justificándola …”porque así lo dice nuestra Constitución”…Resulta escandalosa la diferente forma de acatar la Constitución que se detecta en uno y otro caso ¿no?
     Por otro lado, parece que a algunos aún les cabe la disculpa de que todos estos fastos que se han montado en Galicia y Cataluña para recibirle, eran obligados  porque en realidad es usted un jefe de estado (Vaticano), ante lo cual, yo, desde mi humilde apostasía, me pregunto…¿habríamos actuado igual, con este protocolo, glamour y servilismo, si quien hubiese llegado a nuestro país hubiera sido un jefe de estado de un país en el que no existe la democracia, en el que sus súbditos no votan, en el que se aparta a las mujeres de cualquier actividad política, en el que se reciben píngües beneficios desde todos los lugares del mundo por cobros y cánones ambígüos, en el que se dispone de unos palacios y una riqueza incalculables, y en el que militan con cargos de alta responsabilidad una buena serie de pederastas?…
     No, mire usted…En este país, desde la más elemental ética política, se viene cuestionando la relación institucional con esos jefes de estado de países dictatoriales, autocráticos, antidemocráticos, etc…y sin embargo, ¿usted pretende que le recibamos con protocolo de jefe de estado?
Y encima, se permite usted el lujo y el atrevimiento de darnos consejos sobre cómo debemos promulgar y administrar nuestras leyes, esas que tienen relación con el papel de la mujer, o del matrimonio, o con la aceptación de la relación entre gays y lesbianas, o con la interrupción del embarazo, o con las medidas de anticoncepción, o con la presencia de crucifijos en lugares públicos, o con el ideario a impartir en nuestras escuelas, u otras muchas…Incluso sus representantes aquí, uniformados con sotana ó similares, se permiten enjuiciar la trayectoria de nuestros respectivos gobiernos en materias sociales de las que, ni usted, ni sus representantes a sueldo, tienen ni pajolera idea.
      Pero ¿quién se ha creído usted que es?…¿aquel papa todo-poderoso de la Roma del siglo XVI, corrupto y pedófilo, de la época de la insurrección del anglicanisnmo, por ejemplo?. ¡¡Despierte, hombre, despierte!!. Llevan ustedes siglos escondiendo y combatiendo el conocimiento racional y el avance científico, fomentando para ello la ignorancia de los pueblos, y todo ello para conservar sus oscuras prebendas, e incluso para ello declarando y participando en guerras que llegan a llamar “cruzadas”, tal y como también lo definió su amigo y defendido dictador Franco.
       Mire, Sr, Benedicto…dentro de mi ignorancia en menesteres de esta secta que usted dirige, siempre me gustó una frase que alguna vez oí a este respecto…y es aquella de que “Dios está en todas partes…incluso hasta en las iglesias”…
       O sea que, váyase usted a Roma, buen hombre, siga atiborrándose de riqueza, teatralice con la fé y la liturgia, siga engañando a los más ignorantes, pero déjenos en paz, por favor…que con “amigos” como usted, no nos hacen falta enemigos…
      Por cierto…que con gobiernos blanditos como los nuestros, claro, usted se atreve a esto y seguramente a mucho más…y es que estos pobres gobiernos españoles de la transición no saben detrás de lo que andan, y se han vendido al postor del poder….En otro escenario político español les hubiésemos querido ver…Porque ¿acaso ha tenido usted la decencia de pedir perdón, por el apoyo de su gente durante casi 50 años al fascismo franquista?…¿y por haber cubierto bajo palio al dictador español durante 40 años?. Mire, y por si no lo recuerda, han sido casi 50 años de fusilamientos, encarcelamientos, prisión, marginación, esquilmaciones, represión….y todo ello con la bendición de su secta y de la de sus representantes en España.
     Bien, Sr, Benedicto,…cuando usted pida PERDON a los españoles por ese colaboracionismo criminal con el fascismo franquista, entonces, quizá, a partir de ese día, es posible que le invitemos a venir a nuestra casa…porque en el fondo nosotros no somos rencorosos,…pero, ¡hombre!, sí conservamos la memoria. Mientras tanto, debe usted saber que no es bienvenido en España, y que para muchos de nosotros su presencia aquí nos resulta molesta, ofensiva, ridícula y grotesca. Váyase usted a Roma y olvídese de nosotros. No le necesitamos…y es por eso, quizá, que hasta algunos de los cristianos españoles están llegando a comprender que la mejor manera de servir a su dios es cantarle a usted las cuarenta de una vez por todas…¿O no les oye?
     En fín…que llevo ya más de cinco minutos ¿no?.
     Pues eso…que hasta mañana…si dios quiere

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