sábado, 28 de junio de 2014

“El riesgo de estar en la onda”

    Hace unos años tuve la ocasión de tratar a una paciente que padecía lo que para el conjunto de mis compañeros se catalogó como trastorno psicosomático, demostrándose después que estábamos ante una enfermedad nueva para muchos de nosotros…la llamada Lipodistrofia Semicircular, que se presentaba con dolor, calambres, adelgazamiento e impotencia funcional en las extremidades inferiores, siendo hoy una enfermedad ya catalogada como enfermedad laboral en algunos países europeos, y provocada por la sinergia ó coexistencia de tres factores, a saber, una especial sensibilidad individual, un mobiliario metálico, y todo ello en una atmósfera ó ambiente electromagnético…
    El pasado día 24 de junio, se celebró el Día Internacional  contra la Contaminación Electromagnética, y por ello en estos días, al menos ahora, sí deberíamos permitirnos hacer algunas reflexiones al respecto y que apuntan a nuestra difícil convivencia con un medio ambiente preñado de antenas de telefonía móvil, de espacios wi-fi domésticos y en locales públicos, del wimax en el espacio rural, de teléfonos inalámbricos, de microondas, de placas de vitrocerámica de inducción, etc…como elementos más destacados, usados, y peligrosos .
    La población debe saber que aunque desde nuestros orígenes, el ser humano siempre vivió en un ambiente sometido a influencias eléctricas y magnéticas, aquellas eran de naturaleza terrestre y natural y nunca como las que ahora nos amenazan, que son resultantes de la acción desarrollista y avance tecnológico humanos, y que suponen emisiones de ondas con potencias, frecuencias, y tiempos de exposición muy superiores, desconocidos y mal tolerados hasta el momento,  y lo que es más grave y según muchos expertos, conteniendo un alto riesgo de impacto negativo para la salud de las personas. 
    No vamos a introducirnos en tediosas explicaciones sobre los herzios, microwatios, megahercios, ciclos, gigahercios, etc…pues eso lo dejaremos para los técnicos y para quienes quieran ampliar esta información (http://www.peccem.org/), pero sí es necesario que la población conozca que existe un sinfín de estudios que relacionan la contaminación electromagnética con alteraciones del sueño, con trastornos endocrinológicos (especialmente en la secreción de metionina y hormonas reproductoras), con la depresión, con alteraciones del sistema nervioso, con la muy reciente eclosión del Alzheimer, con la aún desconocida fibromialgia, e incluso con la mayor incidencia de leucemia y otras formas de procesos cancerosos. Como muestra, basta el recordar simplemente dos de los episodios más tristemente célebres de nuestro país en esta materia, como son los casos de cáncer del Colegio Quintana de Valladolid, o los fallecimientos de Majadahonda. 
    Es por estas experiencias, y por muchas más, que las autoridades sanitarias internacionales, la OMS y la UE entre ellas, han dispuesto recomendaciones que regulan y limitan estas emisiones, (Resolución 1815 Consejo de Europa 2011, Resolución de Salzburgo, Comité STOA,  Informe BioIniative, Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, etc, ) y lo limitan tanto en cuanto a potencias y número de antenas, como en cuanto a espacios protegidos de estas emisiones (como son los colegios por ejemplo), y todo ello en base a los riesgos que estas emisiones suponen para la salud de las personas y bajo un elemental “principio de precaución” que se acepta y defiende desde el punto de vista de la salud pública.         Pues bien, la población española debe saber que esos límites están superados en miles de veces por la muy permisiva legislación española, que parece exhibir así una dejación en su obligada actuación preventiva y protectora de la salud de sus ciudadanos. Pero no sólo es que en España se permiten potencias escandalosamente superiores al resto de Europa, desoyendo así  las recomendaciones mencionadas y los múltiples estudios realizados al respecto, sino que recientemente se han aprobado en España dos disposiciones potencialmente dañinas para nuestra salud. Una es la nueva Ley de Telecomunicaciones, en base a la cual, las empresas operadoras van a utilizar, como si fuese una expropiación forzosa, las azoteas y terrazas de las viviendas sin el consentimiento de los vecinos para instalar allí sus antenas, y siempre según los intereses comerciales de estas multinacionales de telefonía. La otra, es el decreto por el que se le permite a las compañías eléctricas la implantación de los nuevos contadores de consumo, basado en tecnología PLC (Power Line Communication), y cuya instalación será obligada en todo el territorio para el 2008, y que conlleva la extensión de un espacio contaminado de ondas electromagnéticas por todos los edificios sin excepción y sin capacidad de resistencia por parte de sus vecinos.
      Estas dos disposiciones, cada una en su estilo pero ambas abusivas y represoras hacia el espacio íntimo de las familias, y valedoras sólo de los intereses comerciales de las operadoras de telefonía móvil por encima de la salud de las personas, es especialmente despreciativa respecto del principio de precaución que sugieren las autoridades europeas, y debe sugerir a la población a que busque información al respecto, y se organice colectivamente.
La asociación leonesa ALCOE  (integrada en la estatal PECCEM), está constituída por personas que no son cavernícolas que buscan el  que la sociedad se retrotraiga a tiempos primitivos, como tampoco renuncian a las ventajas de las nuevas tecnologías de la comunicación, sino que sólo pretenden el permitir profundizar en los estudios iniciados aún en marcha, buscar las alternativas saludables ya existentes, atender adecuadamente a cuantos expertos afirman su efecto contra la salud de las personas, solicitando el adaptar nuestra legislación a las recomendaciones internacionales, para, mientras tanto, exigir, ejercitar y observar escrupulosamente el obligado “principio de precaución” recomendado por la comunidad científica nacional e internacional. 
     No se trata de ser alarmistas pero si esto no se cumple y algún día no muy lejano, como así nos tememos, se llega a comprobar fehacientemente que las ondas emitidas en nuestras ciudades y pueblos, a las potencias permitidas aquí, han resultado determinantes causales o coadyuvantes en la intensificación ó aparición de de determinadas enfermedades y más concretamente en niños y pacientes vulnerables, entonces se deberán buscar responsabilidades políticas y también penales, y quién sabe si éstas no podrán ser (probado ya el consciente y obstinado incumplimiento del principio de precaución ante los estudios realizados) quizá incluso compatibles con la figura tipificada como “presumible” delito de salud pública por parte de los responsables de la actual situación.

viernes, 21 de febrero de 2014

LA SALUD AMENAZADA

      Salas de espera abarrotadas, interminables horas de demora para ser atendidos en urgencias, expedientes y pruebas de laboratorio que se extravían, consultas que inesperadamente cambian de médico, intervenciones quirúrgicas que se aplazan, enfermos que esperan a primeros de mes para comprar sus medicamentos, ó que sencillamente no los toman, personas que se quedan sin cobertura sanitaria, camas con enfermos en los pasillos de los hospitales, ancianos que dejan de ser atendidos en sus domicilios...¡¡es la crisis!!...¡¡y es lo que hay!!
      Muchas personas aún creen que los recortes que padecemos en la sanidad pública española son consecuencia de la llamada crisis. Y así, más o menos, los ciudadanos y ciudadanas vienen observando y padeciendo cómo, en España, una de las joyas de la corona de las conquistas sociales arañadas en nuestra penosa transición, está tocada en su línea de flotación, y aunque es verdad que lo padecen unas CCAA más que otras, esta realidad debería someterse a un mínimo ejercicio de recuerdo histórico. Sería la única manera en la que comprenderemos lo que está ocurriendo, su dimensión, y la dificultad del escenario para su pertinente abordaje.
      Porque al igual que ocurre con los maremotos, es cierto que en estos momentos estamos padeciendo una gran ola de dimensiones devastadoras, pero el error de cálculo reside en creer que el epicentro del tsunami estuvo en 2008, es decir, cuando se desencadenó esta llamada crisis, y no en 1980 que es cuando realmente comienza a gestarse la catástrofe...
Pero hagamos memoria...aunque tranquilos...que será una breve historia.
     Es por todos sabido que en 1948, al acabar la 2ª Guerra Mundial, el parlamento inglés aprobó el Informe Beveridge  sobre el Sistema de Seguridad Social, un informe que contenía la propuesta primogenia del National Health Service en el Reino Unido, y que fue coincidiendo con la implantación de los llamados “Estados de Bienestar” cuando la idea de sanidad pública comienza a cambiar (la construcción del modelo del welfare state abarca desde la finalización de la segunda guerra mundial hasta la crisis del 1973). A partir de la crisis del petróleo en ése 1973 desencadenada por la guerra del Yom Kippur, y reforzado por la posterior crisis económica occidental de los 80´, las instituciones internacionales, como el FMI creado en 1944, el Banco Mundial creado en el mismo año, y sobretodo la Organización Mundial de Comercio nacida ya en 1994, de común acuerdo con una Unión Europea casi nonata aún, comienzan a ser influenciadas por las teorías económicas neoliberales nacidas de la Escuela de Chicago, siendo precisamente a partir de los 80´ cuando las cosas empiezan a ponerse ásperas.    
    ¿Qué ocurrió entonces entre la década de los 80´ y 90´ ?
     Pues que el nuevo paradigma neoliberal resulta finalmente formulado en 1990 en el Consenso de Washington (inspirado por la Escuela de Chicago de 1950), concluyendo en afirmar que el actual “estado benefactor” era el culpable del estancamiento económico, del déficit fiscal y de la “ineficiencia” de los servicios públicos., y así, el máximo pope del neoliberalismo, Milton Friedman, propone para ello comenzar a adelgazar el Estado, fomentando el libre acceso a los capitales transnacionales privatizando los servicios públicos, y privilegiando el valor financiero sobre el valor productivo. Siguiendo esta lógica, el objetivo va a consistir en que el Estado se retire como garante de los servicios sociales básicos, delegando su capacidad reguladora en el libre mercado, y responsabilizando a los ciudadanos y ciudadanas de su propia capacidad de acceder a los servicios públicos como sanidad, educación ó servicios sociales, con lo que esos derechos se van transformando en mercancías.
     Podríamos así decir que si los cerebros del cambio fueron los neoliberales del Consenso de Washington inspirados en la Escuela Económica de Chicago, los motores reales del mismo fueron la Organización Mundial del Comercio, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial (Informes 1987 y 1993), y finalmente la Unión Europa (UE), consolidando ésta su posición en el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios y en la posterior Directiva Bolkestein.

     Así es que, como dice Eric Hobsbawn, La “época de oro” se acabó, y puede considerarse que el “orden” heredado de la 2ª Guerra Mundial se quebraba para ser sustituido por un nuevo orden neoliberal, orden que se expande y muy especialmente y con toda virulencia a partir del ataque a EEUU en septiembre de 2001.
Frases como la de Joseph Stiglitz (Premio Nobel de Economía 2001, y ex-Vicepresidente del BM) cuando decía  “En teoría, el FMI apoya a las instituciones democráticas en las naciones que atiende, pero en la práctica socava el proceso democrático mediante la imposición de sus políticas”, o la de Michael Servoz (Comisión para los Servicios en el Simposium “ Commentary GATS 2000 New Directions in Services Trade Liberations”) que afirmó que “la Salud, la educación y el medio ambiente....están maduros para su liberalización en la UE”... ó la frase de Pascual Lamy...(Director General de la OMC)  que en  el Council for Internacional Bussnines de USA en 1999) en que revelaba “Aprender de SEATTLE:...negociando fuera de las miradas curiosas de los ciudadanos atentos...”...todas estas alocuciones, pronunciadas por personas con mucho peso y conocimiento sobre esas institucioes internacionales, no pueden negar la evidencia.   

     Expertos de reconocido prestigio en el mundo científico sanitario, como Milton Terris (Association for Public Health Policy and the Society for Epidemiological Research), definía antes de morir en el año 2000 (y por lo tanto, muy anterior a nuestra actual crisis) que el futuro de los servicios sanitarios vendría dada porque “en sanidad, la estrategia de neoliberalización consiste en conectar el mundo sanitario con el modelo consumista de la sociedad capitalista” (como paradigma neoliberal formulado a partir de 1989 por John Williamson,  Consenso de Washington), y además auguraba que, en el futuro, las fuerzas que avanzarían en la implantación del neoliberalismo sanitario acometerían: 1º.- La disminución del Estado y del gasto publico, con la introducción de copagos; 2º.La expansión del sector privado de la Salud; y 3º. La desregulación del sector publico de la salud, fragmentándolo, fomentando la competencia interna, y creando un  mercado interno sanitario...¡¡ Y todo esto antes del año 2000 !!....

    Mientras tanto, España, que había promulgado en 1986 su Ley General de Sanidad con la creación del flamante SNS, sólo cinco años después, en 1991, ve amenazada esa conquista social con la propuesta de implantación de fórmulas de privatización como la del conocido Informe Abril, y todo ello apoyado entonces por el gobierno socialdemócrata de Felipe González. A partir de ahí, las tesis privatizadoras no han cesado de amenazar a la sanidad pública española...hasta hoy.
   
     En el 2008 aparece la actual crisis, y a estas viejas tesis privatizadoras se les comienza a presentar así la gran coartada como excusa perfecta para su proyecto.
    Creemos que, dicho lo dicho, nadie debería dudar de cómo los recortes en sanidad no tienen ninguna relación con la crisis, sino con una tentativa, ya añeja, de torpedear y proceder al derribo de la sanidad pública, para “abrir la tarta” en beneficio de intereses particulares y del mercado financiero y también del especulativo.
   Lo que la sociedad española haga a partir de ahora, o deba hacer, para defender sus derechos, deberá ser objeto de otro análisis posterior en el que todos y todas deberíamos implicarnos.
                    Fuente.- Propia // (Tribuna publicada el 6 de febrero de 2014 en "La Nueva Crónica")
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miércoles, 8 de enero de 2014

Las Vacunas son cuestionadas

     Es cierto que algunos de nosotros (médicos en ejercicio, eméritos, o ya retirados) nos hemos venido mostrando muy escépticos respecto a la utilización masiva e incondicional, así como a su recomendación, de algunas vacunas,...y en concreto alguna reciente contra la Gripe ó muy especialmente la del Virus del Papiloma Humano...Por ello hemos recibido no pocas críticas furibundas por parte de los fundamentalistas de la tecnología médico-farmacéutica, y especialmente por aquellos que, como es lógico, suelen verse beneficiados y/o financiados por la propia industria. 
       Por esto es por lo que se hace interesante el reproducir lo que publica la revista Natural News, relativo a cómo esos defensores de la vacuna son conocidos por indignarse cuando alguien cuestiona la seguridad de las vacunas, diciendo que un extenso historial de seguridad y rigurosas pruebas “hablan de su seguridad”. Pero la verdad del asunto es que la industria de las vacunas ha empleado grandes esfuerzos para asegurarse de que solamente los estudios favorables sean llevados a cabo, usando criterios de la investigación dudosos que les favorece para el consumo público.
      Una industria masiva de prestidigitación que oculta la verdad sobre las vacunas detrás de un espeso velo de desinformación.
      Hay mucho de “seudociencia” detrás de las vacunas que muchas personas desconocen simplemente, como el hecho de que la mayoría de las vacunas no son ni seguras, ni están probadas contra los placebos, por ejemplo. Luego está el tema de un grupo de control no vacunados junto a un grupo vacunado, ambos de los cuales se expondría al mismo patógeno como parte de un análisis observacional. Ni siquiera se ha realizado este tipo de prueba de seguridad, porque muchos consideran que su construcción podría ser “poco ético” basado en una suposición ilógica basada en que el grupo no vacunado sería «no protegido» de dicho agente patógeno.
       Estos y otros métodos astutos en última instancia ocultan la verdad sobre las vacunas y sus peligros documentados y ocultos al público, siendo éste el modus operandi de Big Pharma, que ha engañado con esmero a las masas en el pensamiento de que las vacunas han sido extensiva e indiscutiblemente demostradas como seguras.
       En un reciente artículo para “VacTruth.com”, Markus Heinze echa un vistazo a la metodología defectuosa detrás de los estudios de seguridad, explicando a sus lectores y utilizando analogías simples, del porqué es tan absurdo el dogma prevaleciente de las vacunas. Utilizando varios prospectos de vacunas como evidencia, Heinze divulga la verdad acerca de cómo compañías dicen literalmente hacer “test de seguridad” de sus vacunas contra otras vacunas en lugar de los placebos, lo que compromete totalmente sus resultados.
       Por ejemplo, la vacuna GlaxoSmithKline contra la hepatitis B (GSK) ENGERIX-B para los niños es el primer ejemplo, pues explica cómo el prospecto para esta vacuna revela que era de probada seguridad contra una vacuna diferente en lugar de un placebo, o bien de una simple solución salina. Puesto que ambas vacunas utilizadas en este estudio produjeron probablemente efectos adversos, GSK eligió la vacuna “control”, pues después de todo su fabricante fue capaz de llegar a la conclusión predeterminada que ENGERIX-B no viene con un elevado riesgo de efectos secundarios dañinos.
“Lo que debió haber hecho la compañía farmacéutica es inyectar un grupo con la vacuna y el otro grupo con placebo no vacuna (es decir, solución salina),” escribe Heinze. “En cambio, lo que hizo la compañía farmacéutica, fue inyectar un grupo con la vacuna contra la hepatitis B y el otro grupo con una vacuna diferente. Luego monitorearon ambos grupos y descubrieron que los destinatarios de su vacuna no tenían “ninguna diferencia significativa en la frecuencia o gravedad de experiencias adversas” en comparación con los receptores de otras vacunas.”
        Para ilustrar lo absurdo de este diseño del estudio, Heinze lo compara con una prueba de seguridad hipotética de un producto de un Big Mac, con un McDonalds que utiliza un Whopper de Burger King como “control”. Obviamente, los resultados van a ser similares, pues los productos en cuestión son similares; el Big Mac es “no más letal que el Whopper” sería la absurda conclusión de este estudio, si alguna vez llegara a realizarse...
     Y parece ser que esto es exactamente lo que está haciendo la industria de las vacunas para probar la “seguridad” de sus preparados, y es algo que pocas personas conocen. Hasta la fecha, ni un solo estudio independiente, se ha realizado sobre la seguridad de las vacunas mediante comparaciones legítimas para llegar a resultados imparciales. Algunos miembros del Congreso de los EEUU, incluyendo el Representante Bill Posey desde Florida, han tratado de introducir una legislación que requiera este tipo de estudio, pero tales esfuerzos han sido infructuosos hasta ahora.
Tendremos que seguir esperando...pero mientras...¿qué hacemos?
                           ( Fuente.- Propia // VacTruth.com // NuevasMentes)