viernes, 30 de septiembre de 2011

Esos perros rabiosos, a vueltas con la sanidad

   Se puede decir más alto pero no mas claro. 
   Según Marcos Roitman, en España asistimos a una bochornosa situación, el recorte en los presupuestos generales del Estado destinados a sanidad. El problema se llama externalización, eufemismo para negar que asistimos a una privatización de recursos fiscales. Financiamiento público para lucro privado. Ese es el misterio. Hacerlo posible supuso crear una ley ex profeso, conocida como ley 15/1997, aprobada por el PSOE y el PP, y la complicidad de la mayoría de los grupos parlamentarios, excepto Izquierda Unida y el Bloque Nacionalista Gallego. Dicha ley autoriza la gestión y administración de la salud a cualesquiera entidades de naturaleza o titularidad pública admitida en derecho; ese es el quid de la cuestión, facilitar la provisión de servicios sanitarios a cualquier empresa privada.
    Cabría esperar vergüenza torera cuando el objetivo apunta a desmantelar la sanidad pública. Pero se regodean, siendo habitual escuchar a los dirigentes de los grandes partidos políticos declarar con la boca chica que la sanidad pública no está en peligro, mientras a espaldas de la ciudadanía abren las puertas a entidades financieras y empresas constructoras, que espantadas de la crisis prefieren invertir sobre seguro en el área de la salud.
    Varias son las formas utilizadas para legitimar el desembarco de los especuladores en sanidad. La primera, una tríada, señalar el colapso, la ineficacia y la insostenibilidad del actual modelo de salud pública, obliga a una reforma en profundidad si se quiere gozar de un sistema eficiente y seguro. Una vez introducido el tridente argumentativo, se habla del despilfarro y el gasto compulsivo fruto de una mala gestión. Lo mejor es racionalizar los recursos. palabra mágica. Lo dicho justifica cerrar los centros menos rentables y vender las instalaciones para recaudar fondos y aminorar el déficit público. Edificios, centros de salud, laboratorios, incluso hospitales son rematados o alquilados. Sólo en Cataluña se han clausurado las urgencias nocturnas en más 40 centros de asistencia primaria, todos ellos en barrios populares.
   Se despiden médicos, enfermeras y personal auxiliar o bien no se convocan nuevas plazas. Muchos galenos y enfermeras emigran. Alemania, Gran Bretaña y Suecia son destinos preferentes. El deterioro provocado de la Sanidad Pública se explica por la anteriormente citada ley 15/1997, que incorpora el concepto beneficios privados en la gestión y administración de la salud. La ecuación ya no tiene secretos. La incógnita se despeja fácilmente. Una sociedad enferma es rentable para los empresarios.
   Un informe elaborado por la Coordinadora Antiprivatización de la Sanidad Pública (CAS) descubre qué empresas invierten en salud, y no son otras que Dragados-ACS, SACYR, Accciona, Begar-Plader, FCC-Madrid, Hispania y Apax-Partners. Antes de la crisis lo hacían en instalaciones deportivas, carreteras, torres de apartamentos, complejos turísticos, campos de golf; hoy sus ganancias provienen de la gestión y explotación de la sanidad pública. El negocio es redondo. Las cifras cantan. En Majadahonda, un pueblo de Madrid, el coste de construcción más equipamiento de un hospital con capacidad para 615 camas suma la cantidad de 221 millones de euros. La Comunidad de Madrid pagará durante 30 años a sus constructores, Dragados, un alquiler anual de 45 millones. Finalizado el periodo, Dragados se habrá embolsado la suma de mil 350 millones de euros, sin contar los beneficios por explotación de servicios complementarios, cafetería, aparcamiento, lavandería y otros. En siete años, los inversores recuperan costes y los otros 27 representan beneficios brutos. Pero nadie repara en la corrupción. El costo económico del proyecto ha superado en cuatro veces el valor real de haber sido construido por la comunidad. Y lo más grave, su puesta en funcionamiento, coincide con el cierre de otros servicios y camas en hospitales públicos aledaños, con lo cual no hay una mejora de atención para la ciudadanía y los pacientes.
   La decisión política de privatizar se centra en una frase: no hay dinero público para obras de infraestructura sanitaria. Sin embargo, otro informe señala la falsedad del argumento. Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, gastó 620 millones de euros en publicidad institucional entre 2008 y 2011. Cifra equivalente al costo global de los ocho hospitales que se han levantado durante su mandato, recurriendo a la iniciativa privada. En definitiva ha entregado la hacienda pública para ser esquilmada por constructores sedientos de dinero. En los hechos, el pueblo madrileño pagará cinco veces el valor real de las instalaciones.
   Hacer de la salud un negocio ha llevado a introducir criterios perversos como el copago. Además de los impuestos que todo ciudadano paga en su declaración de la renta, se cobra una tasa cada vez que se acude al médico, sea general o especialista. Los verdaderos beneficiados de este sistema son las compañías privadas de seguros médicos. El argumento es pueril: es preferible pagar a una empresa privada y garantizarse la cobertura total y no depender de un sistema público colapsado e ineficiente. Para el capitalismo todo puede calcularse en términos de costes y beneficios. Si la salud da dividendos, debe ser privatizada. Por esta razón y no otra, altruista o de compromiso social, los dueños del dinero invierten en la construcción de hospitales, su gestión y administración.
   En España, desde hace más de una década, se ha apoderado de la sanidad pública un grupo de 10 constructoras privadas. Saben dónde está el dinero y entran a saco. Años atrás su fuente de ingresos provenía de la construcción de autopistas de peaje, aeropuertos y viviendas de lujo. Hoy son megaproyectos y las inversiones en sanidad lo que les ofrece pingües beneficios. El resultado de privatizar la sanidad es nefasto. Las desigualdades se amplían, y la brecha entre ricos y pobres se profundiza. Así, pasamos de un Estado del bienestar con servicios de salud de amplia cobertura a un Estado de beneficencia con salud para ricos y pobres. Unos podrán pagar y acceder a mejores servicios y la mayoría de las clases populares deberán conformarse con una sanidad degrada por voluntad política.     
     La sociedad será injusta, enferma y débil. Pero ese no es un problema para los coyotes de la sanidad, al contrario, es la solución perfecta para seguir ganando dinero, esta vez a costa de la salud.
          (Fuente.- Texto íntegro de Marcos Roitman Rosenmann. Consejo Científico de ATTAC España)

sábado, 24 de septiembre de 2011

Aquellos estudiantes y aquellos profesores...yo estuve allí.

       Corría el curso 1974-75, y las algaradas estudiantiles, solidariamente coordinadas con movilizaciones de trabajadores de distintos sectores, era un titular habitual de los informativos del momento. Aún vivía Franco, y la situación social, económica y política era delicada y parecía abocada a concluir con el antiguo régimen.
      En la Universidad donde yo cursaba mis estudios, se iba a iniciar un proceso de elección para los órganos de representación de los estudiantes (órganos hasta ese momento copados por el célebre SEU franquista) y el hambre de libertad y participación social que ya por entonces se masticaba, condujo a los estudiantes, en asamblea mayoritariamente participada y consensuada, a que exigieran que en ese proceso electivo también se pudiera elegir al máximo representante del rectorado...el Rector.
     La rotunda negativa de la administración franquista, así como del poder académico formal, produjo no pocas rupturas en las negociaciones, por lo que las huelgas masivamente apoyadas y seguidas por masas de estudiantes y trabajadores aparecieron y abundaron por doquier. La respuesta académica, con expulsiones de alumnos de sus facultades, así como la respuesta policial, con cargas y detenciones sumarísimas de estudiantes a los que, entre otras sanciones, se les situaba ante el TOP, se les anulaba la prórroga del servicio militar y se les enviaba directamente a los cuarteles de Ceuta o Melilla, eran hechos muy frecuentados.
    La crispación fue creciendo, y en una de las aulas donde el rector de entonces impartía sus clases, un puñado de alumnos le arrojó unas docenas de huevos. Y yo estaba allí...El rector era el Dr.del Sol, catedrático de ginecología de la facultad de Valladolid, y conocido como alias el "persianas".
    La respuesta no se hizo esperar...el 8 de febrero de 1975 se cerró la universidad de Valladolid, así como la Complutense, la de Sevilla y la de Málaga, todo ello por orden del ministro de Educación y Universidades de entonces, el Sr. Cruz Martinez Esteruelas, suspendiendo el curso en algunas otras universidades, y posteriormente y quizá a título preventivo, trasladando al rector, Dr. del Sol, a Madrid.
Años después, éste catedrático se suicidaba de un tiro de pistola en la cabeza, al parecer, y según dicen las malas lenguas, por la crisis que le produjo la aprobación de la Ley de Incompatibilidades que le iba a impedir seguir pasando su consulta "privada" en las dependencias "públicas" del Hospital Clínico de Madrid.
    Aquél fue un año, un curso, posiblemente perdido, aquél de 1974-75...
   Pero, y sin embargo, durante ese año, muchos de los profesores universitarios siguieron impartiendo clase a los alumnos en buhardillas, salones de cafés, pequeños teatros, trastiendas de algún almacén e incluso salones parroquiales de parroquias de barrios obreros...en un admirable gesto de solidaridad y colaboración con aquella causa.
    Meses después Franco moría, y se iniciaba una nueva época en España...la transición a la democracia...bueno, ...a esta democracia que poseemos de “esta” manera...
 
    Hoy, 36 años después, está en peligro algo tan importante o aún más que lo de 1975; está en peligro la enseñanza pública, el estado de bienestar, la sanidad pública, los servicios públicos en conjunto, la cultura del pueblo, esa cultura que le debe proporcionar el conocimiento indispensable para ejercer su libertad ...y sin embargo, aún hoy hay quien duda de si las movilizaciones de los maestros y profesores está suficientemente justificada...
     Y no sólo resulta que sí lo está, sino que debería ser la sociedad, dueña de sus servicios públicos, o sea, la sociedad en su conjunto, quien apoyase las movilizaciones de los profesionales de la enseñanza, estos trabajadores y trabajadoras que están siendo duramente vilipendiados y agredidos en su dignidad profesional, tan sólo por una simple, clara, reaccionaria, cínica y descarada razón...la estrategia de las privatizaciones. o lo que es lo mismo, la forma de derivar el dinero público a los bolsillos privados, a costa de la población. Mientras tanto, nos jugamos la enseñanza de hoy, y el saber y la libertad de mañana.
   Ustedes tienen la palabra...y también el silbato, la cacerola y la pancarta.

martes, 20 de septiembre de 2011

La enseñanza pública ó la práctica de la libertad.

     En estos momentos convulsos para la enseñanza pública, con vientos de guerra para la comunidad educativa como los que estamos viviendo en España, por la ofensiva privatizadora en desarrollo en algunas CCAA personificada en recortes presupuestarios, reducción de plantillas, despido de profesores, limitación de espacio para la formación e investigación, abandono de infraestructuras y potenciación de los centros concertados con el clero, con un descarado incremento de la presencia de la religión católica en las aulas públicas, en estos momentos, decía, merece la pena recordar que ayer se cumplió el 90 aniversario del nacimiento de un gran personaje de la educación, un hombre de una dimensión universal para el mundo de la educación y la pedagogía, y nos estamos refiriendo a Paulo Freire.
    Paulo Freire representa toda una vida dedicada al estudio de la pedagogía y de la enseñanza, invitándonos a entender los necesarios cambios a introducir no desde la óptica de la transición, de la adaptación a los nuevos tiempos, o del paradigmático discurso posibilista, sino desde la perspectiva de la ruptura con los modelos actuales, en beneficio de la educación libre, crítica y pública de los seres humanos, en especial de los más desfavorecidos social, cultural y económicamente.
      Actualmente la enseñanza pública en España está herida, y no sólo por esos recortes presupuestarios que se avecinan, y que se podrían constituir en la postrera puntilla, sino también y especialmente por las políticas educativas y privatizadoras que se vislumbran, preñadas todas ellas de contenidos conservadores, neoliberales, en ocasiones xenófobos, consumistas y fundamentalistas, dado el amaneramiento detectado en el creciente adoctrinamiento religioso que se aprecia.
     En ocasiones se ha afirmado que lo peor del desmoronamiento de los servicios públicos es el impacto que ello provoca en el sector concreto de la educación, más allá, incluso, que el causado sobre la sanidad o sobre los servicios sociales, pues mientras en éstos dos últimos podría decirse que la damnificada podría ser una sóla generación, por el contrario la quiebra de la educación pública, libre y crítica llega a impactar en la ideología de la sociedad, generando contracultura y propiciando retraso e involución intelectual en varias y sucesivas generaciones de hombres y mujeres. La educación genera ideología (no sólo política, sino filosófica y cultural), y si ésta ideologización está adoctrinada y orientada hacia una nueva alienación del ser humano, que con ello dejará de aspirar a ser libre y crítico, entonces es evidente que la sociedad futura se forjará amputada entre esas mordazas.
    Que la presencia de símbolos religiosos en las aulas públicas atenten contra el mandato constitucional, que sanciona que España es un país aconfesional ó sin religión oficial, parece que no es lo peor;...lo grave es que las clases de religión doctrinal católica ocupen un horario y espacio público principales en el horario lectivo de los centros públicos; que los profesores y profesoras de religión sigan siendo financiados por los bolsillos de todos los ciudadanos de este país ahora en crisis, cuando éste profesorado ha sido designado sin ningún mérito objetivable salvo el del dedo del obispo de turno; ó que los actuales equipos directivos de los centros públicos estén siendo designados también digitalmente entre una nueva pléyade de jóvenes afines al régimen y acríticos seguidores de la ideología nacionalcatólica dominante. Todo esto sí es grave e intolerable en un país que se enorgullece de su actual falsa democracia, y se vanagloria de su defectuosa e incompleta transición política de antaño.
    Paulo Freire nació un 19 de septiembre en el noroeste de Brasil, donde la marginación, el desempleo, el hambre y el analfabetismo inundaban las calles donde muchas personas, cerca de la mitad de los habitantes de toda la región, vivían en situaciones deplorables. Frente a esta situación, Freire rompe con ciertos modelos y centra su estudio y trabajo en este grupo de personas, a los cuales quería educar para que lograsen liberarse de la situación en la que estaban sumergidos. La pedagogía de Paulo Freire es una "pedagogía del oprimido", y no postula por lo tanto modelos de mejora, resignación o superación, sino modelos de franca ruptura, de cambio real, de transformación profunda y total, configunado una afirmación célebre en sus discursos, cual era que "la educación debe ser la práctica de la libertad" para el ser humano, como manera única y sublime de vencer la alienación y formar indivíduos que constituyan una sociedad verdaderamente libre, crítica, solidaria y hermanada con todos los pueblos y con su entorno natural.
      Y en estos días de vaivenes y enrarecimiento del ambiente educativo y escolar en España, ésto, todo ésto, precisamente ésto es lo que nos estamos jugando...
    Sigamos a Paulo Freire en su razonamiento y en sus enseñanzas, y defendamos todos y todas, ciudadanía y profesores, el mantenimiento, mejora y hegemonía de la Enseñanza Pública,...esa enseñanza que sólo si es pública, libre y laica, podrá ser considerada "la práctica de la libertad".

miércoles, 14 de septiembre de 2011

La FADSP llama a la movilización social

          Ante la convocatoria de movilizaciones en defensa de los servicios públicos, desde la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), y en concreto desde nuestra Asociación (ADSP de León), tenemos que señalar:

         1.- En la FADSP  comparte el sentimiento de indignación  de los ciudadanos por los serios recortes que se están introduciendo en los Servicios Sanitarios de gran número de Comunidades Autónomas, como Cataluña, Madrid, Galicia, Castilla la Mancha, etc., como la reducción de presupuestos sanitarios; la  privatización  de hospitales, centros de salud, el cierre centros, plantas enteras y servicios como los de urgencias, radiología, laboratorio…; la eliminación del servicios de  ambulancias;  el impago de medicamentos, etc.

       2.- Entendemos que estas decisiones forman parte de una estrategia global de las fuerzas políticas neoliberales para desmantelar y privatizar la sanidad pública en todo el Estado, para ahorrar gasto social y poner los servicios sanitarios en manos de grupos empresariales privados afines al poder.

      3.- Consideramos necesaria una gran movilización social en defensa de la sanidad pública y en contra de su privatización, especialmente en un contexto electoral que puede dar el golpe de gracia a los Servicios Sanitarios Públicos.

     4.- Creemos que esta movilización, para ser efectiva, debe reunir al máximo de ciudadanía lo que precisa un proceso unitario y consensuado que integre al mayor número de grupos sociales, ciudadanos y profesionales que defienden una sanidad pública universal, equitativa y de calidad de calidad

        En todo caso, entendemos que hay que apoyar todas las movilizaciones que se produzcan para hacer frente al deterioro de los servicios sanitarios públicos en nuestro país.

                  Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública
                                                14 de Septiembre de 2011

martes, 13 de septiembre de 2011

Ratzinger y la Corte Penal Internacional

      Según las agencias de información Reuters y EFE, y cuando parecía que el escándalo de los sacerdotes pederastas que salpicó a la iglesia católica en varios países estaba cayendo en el olvido, un grupo que representa a las víctimas de abusos sexuales acusa al Sr. Ratzinger y a otros tres altos cargos del Vaticano de crímenes contra la humanidad en una declaración formal presentada ante el Tribunal Penal Internacional (TPI). Una portavoz de la Fiscalía de la Corte Penel Internacional, con sede en La Haya, no pudo confirmar inicialmente la recepción de esa demanda, presentada por miembros de SNAP de Alemania, Bélgica, Holanda y Estados Unidos.

El grupo "Red de Supervivientes de las Víctimas de Abusos por Sacerdotes" y el grupo de derechos humanos "Centro para los Derechos Constitucionales" anunciaron este miércoles que han presentado una denuncia en el Tribunal Penal Internacional. Alegan que los dirigentes del Estado Vaticano toleraron y permitieron la sistemática y generalizada ocultación de las violaciones y crímenes sexuales contra menores.

En un comunicado remitido a los medios se afirma que funcionarios del Vaticano participaron en el "encubrimiento generalizado y sistemático de violaciones y crímenes sexuales" contra niños en todo el mundo. "Los crímenes cometidos contra decenas de millares de víctimas, la mayoría de ellas niños, siguen siendo ocultados por funcionarios del más alto nivel en el Vaticano", señaló en la nota la abogada Pamela Spees, del Centro de Derechos Constitucionales (CCR, una ONG jurídica estadounidense).

La jurisdicción de la Corte Penal Internacional establece la violación, la agresión sexual violenta y la tortura como crímenes de lesa humanidad

Por ello, Spees dijo que a los responsables "se les ha de enjuiciar de la misma manera como se hace con cualquier otro funcionario culpable de crímenes de lesa humanidad".

Por su parte, la presidenta de SNAP, Barbara Blaine, señaló que las víctimas se están "movilizando en todo el planeta", por lo que invitan a otras personas en situación similar "a que se unan a nuestra acción". Según la organización de víctimas, la jurisdicción de la CPI establece la violación, la agresión sexual violenta y la tortura como crímenes de lesa humanidad. Por ello, pide que se investigue al Vaticano por la presunta responsabilidad individual de algunos de sus funcionarios que tenían a su cargo a los autores directos" de los delitos sexuales.

Aunque el Sr. Ratzinger ya reconoció a finales de diciembre de 2010 la responsabilidad de la Iglesia, pidió perdón e incluso llegó a reunirse con víctimas de abusos sexuales, las asociaciones denunciantes consideran que no es suficiente y aprecian complicidad y ocultamiento en la actitud de El Vaticano.

SNAP, una entidad creada hace 23 años en EEUU y con casi 10.000 miembros, señala que las propias autoridades eclesiásticas de ese país han reconocido que casi 6.000 sacerdotes han sido acusados públicamente de abusar sexualmente de niños durante las últimas décadas, y que se calcula que ha habido 100.000 víctimas menores de edad solo en Estados Unidos.

La organización anunció también el inicio hoy de una gira europea que pasará sucesivamente por Amsterdam, Bruselas, Berlín, París, Viena, Londres, Dublín, Varsovia, Madrid y, finalmente, Roma, donde el próximo día 20 tiene previsto un acto ante las puertas del Vaticano.

El Tribunal Penal Internacional, con sede en La Haya, es el primer tribunal permanente mundial contra los crímenes de guerra y de lesa humanidad.

Sin comentarios...o mejor...esperemos a ver en qué acaba todo esto...
                                         (Fuente.- Agencia EFE // Agencia Reuters)

viernes, 9 de septiembre de 2011

Una civilización inSolente

Gracias Gustavo (*), por tu sensibilidad, acierto, pedagogía...y por hacernos reflexionar...

        "La jornada se iniciaba plácidamente con la salida del Sol...para las gentes del campo, para las gallinas, conejos y vacas... y para las niñas y niños que entonces salían a jugar. Y finalizaba cuando el astro desordenado y tímido decidía retirarse, a veces antes, a veces después.
El Sol era el alimento básico (junto con la tierra abonada) de los vegetales, que a su vez daban de comer a las personas, y a las mulas y a los caballos que ayudaban en las tareas agrícolas.
El Sol evaporaba el agua que después sería lluvia, y deshelaba glaciares que serían riego.
La energía nutritiva y motora era gratis, común e infinita.
Como el Sol, en el campo predominaba el amarillo del trigo o el maíz, con diferentes matices según la estación o el clima, matices que algunas personas sabían interpretar.
Los rayos de Sol calentaban los cuerpos y las almas humanas, y cuando se necesitaba una sobredosis, los abrazos ejercían la misma función.
Quizás porque el Sol es redondo, quizás porque da vueltas sin parar, la vida giraba sobre sí misma y siempre volvía a empezar, sorprendiendo en su monotonía.
Era una civilización Sol-tenible y Sol-idaria, de personas de sangre caliente y corazón solar.
     
    Hoy, la jornada se inicia con el sobresalto de una alarma. No se mira el cielo sino la agenda y la televisión. Las gallinas ponen huevos sin cesar y los niños y niñas se acuestan de madrugada al agotarse la batería del ordenador.
El petróleo cría los vegetales bajo plásticos que les previene de la inSolación. Sus producciones dan de comer primero a los coches y aviones; después a las personas. No hay animales Soleándose en el campo, sólo friéndose en naves industriales.
La energía se compra en barriles, y es motivo de guerras y de muchas dependencias que se ignoran y disfrazan para adormilar las conciencias.
Como el petróleo, en el campo predomina el negro del humo y el gris de los polígonos.
Las tecnologías, engreídas, creen poder prescindir del Sol.
Los cuerpos se calientan con prendas térmicas mientras las almas agonizan heladas de frio. Las caricias y abrazos se anuncian en los periódicos.
De sólo mirar hacia delante, y nunca hacía arriba ni hacia abajo, la vida camina muy rápido precipitándose al vacío.
Una civilización que abandona al Sol,... es una civilización inSolente".
                               ( *.- Fuente.- Relato íntegro de Gustavo Puig, para Moving-Planet)

sábado, 3 de septiembre de 2011

El señor Ratzinger y las neurosis

     La reciente visita a España del que los cristianos llaman "santo padre", ha copado las páginas y espacios informativos de los medios de comunicación españoles, así como convulsionado algunos sectores progresistas de la sociedad española e irritado a los colectivos laicistas que se han pronunciado generosa y pacíficmente en contra de la misma. El movimiento de indignados del 15M fue uno de ellos, y pagó cara su osadía.
      Los fastos organizados para esa visita ha levantado no pocas protestas, argumentando para ello el tan injustificado como elevado gasto que este acontecimiento suponía para las deterioradas arcas del Estado, en unos momentos de extrema gravedad en la situación económica del país. Y aunque de rango menor, tampoco han faltado las quejas de los ciudadanos y ciudadanas madrileños, que se han visto gravemente incomodados por las distorsiones que el programa de dicha visita ha inflingido en la circulación de las personas por la ciudad en días laborables, con multitud de calles cortadas al tráfico y líneas de transporte público suprimidas o desbordadas.  
 
Pero con todo, estos aspectos quizá no sean los mas preocupantes.
 
    Lo más inquietante ha sido observar la pleitesía y sumisión beatificadora y arcaizante que las autoridades políticas, civiles y administrativas españolas han rendido al máximo representante en la tierra de esa creencia religiosa que, aunque se quiera negar, viene derivando hacia posiciones decadentes y por lo tanto sectarias y en franco retroceso de militancia entre la juventud española y europea. Las numerosas genuflexiones, velos, mantillas, palios, crucifijos, besamanos y reclinaciones que hemos visto realizar a la monarquía y a nuestros dirigentes políticos ante el señor Joseph Aloisius Ratzinger, demuestran que el tardofranquismo nacionalcatólico (aliado del nazismo y fascismo italianos bajo el palio de la púrpura papal de Pio XII) ha logrado sobrevivir con plena salud al proceso de cambio y transición política, y que aún hoy continúa constituyéndose en fuerza fáctica que interviene e influye en los asuntos del estado español. Yo dudo que en otros paises europeos, democráticos y también de profunda tradición cristiana, se contemple tanta reverencia y pleitesía hacia la institución eclesiastica, hasta el punto de constituirse en importante directriz en la política social, económica y educativa del estado, tal y como lamentablemente ocurre en España. 
 
      El que nuestra Constitución sancione que España es un estado sin confesión religiosa oficial, implica que obviamente tampoco debe impedir la libertad de culto, pero en cambio sí debería acatarse en lo relativo al impacto que ciertas celebraciones y actitudes prosectarias, fomentadas por algunos reponsables políticos, provocan en el conjunto de esa sociedad que ya no es mayoritariamente creyente ni practicante.
 
     Cada día son más los españoles y españolas que profesan otras creencias religiosas, o que sencillamente han decidido apostatar de su involuntaria incorporación al colectivo cristiano, y por ello ese amaneramiento pseudoreligioso de los políticos al que nos referimos debería ser modulado y especialmente prudente. Aún hoy, festividades, calendario laboral, formulismos administrativos, costumbres regionales, celebraciones del mundo educativo, etc...siguen impregnadas de un implícito nacionalcatolicismo, como prueba de que este poder eclesiástico sigue dominando la vida social y política española. La transición española fue defectuosa, incompleta e insuficiente, y la presencia de la jerarquía católica en el devenir del país es una prueba.
 
     Uno de los más célebres y clarividentes científicos y pensadores del siglo XX afirmaba que el dios judeocristiano era exclusivamente una proyección deidificada, consecuencia de la ingénua visión infantil de la figura del padre omnipotente y represor, y que el comportamiento religioso colectivo resultaba comprensible sólo como expresión de una neurosis colectiva obsesivo-compulsiva profundamente arraigada culturalmente, dada la necesidad de una poderosa fuerza externa que apuntalase los requerimientos éticos de una sociedad que nunca tuvo otros recursos para satisfacerlos. Freud dixit.
 
    Si aceptamos,como afirma Richard Tarnas, que la historia del cristianismo está preñada de hipocresía e intolerancia, constatable mediante la confirmación de su permanente obsesión por la conversión fozosa de otros pueblos y creencias, la despiadada eliminación de otras perspectivas culturales, la persecución de todo aquél (o aquella) que fuese considerado hereje o bruja, la apoteosis de las cruzadas contra los musulmanes, la opresión de los judíos, el desprecio de la espiritualidad femenina, la exclusión de las mujeres de posiciones de autoridad religiosa, la asociación de la jerarquía católica con la escalvitud y la explotación colonial, y el espíritu prepotente y arrogante con el que esta jerarquía contempla la existencia de otras confesiones religiosas, entonces podemos afirmar que al catolicismo actual le falta un puntito de grandeza ética y moral como para intentar enseñar a nadie su código de conducta civil y, mucho menos, política, ciudadana y social,...o sea, tal y como pretenden mantener en España con la aquiescencia de los políticos más anquilosados intelectulamente de nuestra actualidad.
 
    Mientras tanto, la laicidad del estado español parece una quimera, y no es que sea cada vez más improbable la derogación del Concordato o tratado actual entre España y la Iglesia, sino que es un hecho que la asignatura de religión va ganando posiciones en la escuela pública, de manera que, de seguir así, dentro de poco tiempo no sólo habrá crucifijos, santos y vírgenes en las paredes y mesas de despacho de todas las escuales públicas, sino que el adoctrinamiento católico será reconocido y obligatorio, y los propios equipos directivos encargados de implementar las políticas educativas estarán conformados por pléyades de profesores de religión y militantes de alguna tendencia ideológica dependiente y favorita de ese santo padre, como se conoce al señor Ratzinger. Tiempo al tiempo.