sábado, 8 de enero de 2011

La Sanidad desinformada

   Yo no lo sé con seguridad, pero me parece que al igual que ocurre en los medios de comunicación, donde los poderes fácticos, financieros, políticos o sectarios, por medio de sus grupos de empresa influyen en los consejos de administración de esas empresas de comunicación (prensa, radio y televisión), y éstos a su vez inciden en la dirección de estos medios, y a su vez éstos transmiten consignas a sus jefes de redacción, y éstos a sus reporteros, articulistas y periodistas, para, en definitiva, conseguir que la noticia sea la que interesa ser, que su interpretación sea la que conviene, y que la realidad del entorno sea la que interesa que sea, pues de la misma forma podemos encontrar un "dirigismo" similar en las estrategias de políticas sanitarias.
   Si el final del año 2010 se ha caracterizado por llenar los ojos y los oídos de la población con dos temas estrella que han copado la mayoría de lo noticiable, y me estoy refiriendo en primer lugar al asunto de los “perversos y antipatriotas” controladores aéreos, y en segundo lugar a la entrada en vigor de la nueva ley “antifumadores”, resulta innegable que con el trajín constante de estos dos temas se han disimulado los graves problemas que están afectando al resto de la sociedad española, como es el acoso y derribo del estado de bienestar, el desempleo, la corrupción política, la injusta forma de entender la aplicación de la Justicia, el enriquecimiento de algunos políticos y banqueros, la reforma y pérdida de derechos laborales conquistados, la tendencia creciente al inmoral enriquecimiento de los más ricos y al empobrecimiento de los más desfavorecidos, y al asombroso retroceso en el cumplimiento de algunos imperativos constitucionales, como puedan ser el laicismo del estado, o el derecho a un trabajo y vivienda dignos, por ejemplo.  
   De la misma forma, en materia de estrategia y política sanitaria estamos igual de dirigidos.
  Ahora que parece que estamos entrando en una epidemia de gripe, debemos recordar que en España se acaban de destruir 6 millones de dosis de vacuna antigripal de la “terrible” gripe A por su falta de utilidad, lo que ha supuesto tirar a la basura más de 40 millones de euros, y todo ello porque nuestro gobierno, al igual que otros, sucumbieron a la estrategia del miedo que desde la propia OMS se fomentó, para el “gran pelotazo” de la industria farmacéutica que se inventó esa “temible” epidemia.
  Hoy, en los foros sanitarios más coloquiales sólo se habla de la gripe A, del colesterol, del tabaco, de la osteoporosis y menopausia, de cuatro glamurosos supertrasplantes, de las mil variedades de consecución de la estética clónica, etc...todas, o muchas de ellas, grandes exageraciones, si no mentiras, que se edifican y construyen de forma acientífica para la obtención de un buen rendimiento de la industria y del mercado en general, y todas ellas tratadas de manera recurrente y machacona por los propios medios de comunicación...para distraernos en los ecos y que no oigamos las voces.
   Mientras, intencionadamente se dejan en el olvido el grave quebranto que para la salud está teniendo la precariedad laboral, las tensiones que genera la falta de recursos, la nula participación de la ciudadanía en sus servicios sanitarios, las angustiosas listas de espera, la insuficiente atención que se presta en algunos establecimientos sanitarios debido a la escasez de personal y de infraestructura, el abandono que la población mayor de 65 años está sufriendo en materia sociosanitaria, las consecuencias de la contaminación atmosférica y acústica de nuestro estilo de vida, el impacto en la salud de aquellos trabajadores con jornadas y condiciones laborales abusivas y desreguladas, el emerger de serias patologías mentales en la población joven por su nefasto futuro laboral, la brutal proporción de trabajo precario que desempeñan miles de mujeres sin derechos en el sector doméstico, de limpieza, de atención geriátrica, y el tremendo impacto negativo en la salud que supone la desesperanza de miles de hombres y mujeres que ven mermadas sus posibilidades de llegar a fin de mes de una manera digna.
  Pero nada de esto importa... 
  La culpa de todo la tienen los controladores y los fumadores. 
  O, al menos, eso nos dicen a diario...

2 comentarios:

Juan Carlos dijo...

Hola,
esa manera de influir en las mentes es lo que "los chicos de la escuela de Chicago" de Friedman apodaron como Think tank. Dicen, y a la vista de las pruebas no les falta razón, que: domina la mente que detrás vendrán los brazos, las piernas, etc.
Muy buena la apreciación "ley antifumadores", que no "ley antitabaco", muy, muy buena apreciación. Con cortinas de humo como esa nos tienen entretenidos mientras nos copulan...y a la vez les sonreímos.
Y da la sensación de que en el futuro inmediato todo está perdido. Ves las encuestas de intención de voto en Andalucía y te dan ganas de llamarles imbéciles. ¿Cómo se puede ser tan idiota? saltar del cazo a la sartén, del agua hirviendo al aceite.
Sí, querido Maestro, hemos llegado a tal punto que el problema no es que haya imbéciles, es que reclaman, con ferocidad, su derecho a serlo.
¿Alguien ha dimitido por lo de la gripe A?, nadie importante. Los que se llevaron las pelas, fabricando informes ad hoc para las farmacéuticas, siguen en los mismos puestos en la OMS, sentando doctrina, riéndose de nosotros. Hasta que esto estalle.
Terrible lo que estamos permitiendo con la destrucción de la sanidad pública aquí. Mañana dirán ¿por qué nadie aviso? y gente como tú y toda la ADSP os quedaréis con cara de tontos pensando ¿Me estará vacilando?
Un fuerte abrazo

Alberto del Pozo dijo...

Pues claro que detrás de todo esto está el think-tank de cada patio, que son los que ahora nutren a esos Tea Party Patriots que no tardaremos en copiar en España (ya hubo una tentativa con el 11-M), y que sorprenderán a una izquierda otra vez despistada y atomizada. Sobre la ley antifumadores (eres muy hábil en percibir el matiz), ahora tan sólo me preocupo por cumplirla; y en relación a la FADSP, donde algunos seguimos trabajando, tienes toda la razón y tan sólo puedo añadir que no hay peor sordo que el que no quiere oír...Gracias, Zana...Un abrazo.