martes, 27 de marzo de 2012

Ante el 29M

     En la víspera de la huelga del 29M, nos parece oportuno el reproducir íntegramente el artículo que Germán Valcárcel publica hoy en La Crónica de León.
    El sindicalismo no es que sea necesario, es que es imprescindible. Sigue siendo lo mejor organizado –tal vez lo único– que tenemos y eso hay que preservarlo de forma crítica. Por supuesto hay que opinar y criticar –no creo que a un servidor alguien le pueda echar en cara no hacerlo– pero tenemos que recordar que estamos en medio de una operación de descrédito –munición han dado– político e ideológico del sindicalismo de clase. Pero los métodos que, tanto el PP como la patronal, dirigidos por especuladores, negreros y dinamiteros del derecho social y laboral, están utilizando para ello son muy parecidos a los utilizados por los nazis en los años de la Gran Depresión: reiteración constante de mentiras, xenofobia militante, nula transparencia, desprecio de los trabajadores, criminalización de los funcionarios, un absoluto cinismo y desconocimiento de cualquier ética.
     Los cambios económicos y sociológicos que se han generado en la sociedad española en los últimos 20 años son tan grandes que han ido desdibujando el panorama político al que estábamos acostumbrados.    
   Para la izquierda ha sido letal la disgregación de la clase trabajadora, una gran parte de ella reconvertida en trabajadores que no se sienten tal. Si le sumamos la implantación de la cultura neoliberal de la especulación, la corrupción, la desregulación y el individualismo, de lo que ha sido cómplice un PSOE dirigido y copado por alpinistas que solo buscan medrar, se conforma un ecosistema que da como resultado un mapa político y sociológico donde los valores del darwinismo social que representa el PP se expanden, al tiempo que los de la izquierda se contraen, y eso ya viene sucediendo hace tiempo, los últimos resultados electorales confirman esa deriva.
   No tengo dudas que si la Huelga General, convocada para mañana, no tiene un seguimiento significativo, la involución social que se avecina nos retrotraerá a tiempos predemocráticos.
                                   (Fuente.- Germán Valcárcel. La Crónica de León)

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