viernes, 9 de septiembre de 2011

Una civilización inSolente

Gracias Gustavo (*), por tu sensibilidad, acierto, pedagogía...y por hacernos reflexionar...

        "La jornada se iniciaba plácidamente con la salida del Sol...para las gentes del campo, para las gallinas, conejos y vacas... y para las niñas y niños que entonces salían a jugar. Y finalizaba cuando el astro desordenado y tímido decidía retirarse, a veces antes, a veces después.
El Sol era el alimento básico (junto con la tierra abonada) de los vegetales, que a su vez daban de comer a las personas, y a las mulas y a los caballos que ayudaban en las tareas agrícolas.
El Sol evaporaba el agua que después sería lluvia, y deshelaba glaciares que serían riego.
La energía nutritiva y motora era gratis, común e infinita.
Como el Sol, en el campo predominaba el amarillo del trigo o el maíz, con diferentes matices según la estación o el clima, matices que algunas personas sabían interpretar.
Los rayos de Sol calentaban los cuerpos y las almas humanas, y cuando se necesitaba una sobredosis, los abrazos ejercían la misma función.
Quizás porque el Sol es redondo, quizás porque da vueltas sin parar, la vida giraba sobre sí misma y siempre volvía a empezar, sorprendiendo en su monotonía.
Era una civilización Sol-tenible y Sol-idaria, de personas de sangre caliente y corazón solar.
     
    Hoy, la jornada se inicia con el sobresalto de una alarma. No se mira el cielo sino la agenda y la televisión. Las gallinas ponen huevos sin cesar y los niños y niñas se acuestan de madrugada al agotarse la batería del ordenador.
El petróleo cría los vegetales bajo plásticos que les previene de la inSolación. Sus producciones dan de comer primero a los coches y aviones; después a las personas. No hay animales Soleándose en el campo, sólo friéndose en naves industriales.
La energía se compra en barriles, y es motivo de guerras y de muchas dependencias que se ignoran y disfrazan para adormilar las conciencias.
Como el petróleo, en el campo predomina el negro del humo y el gris de los polígonos.
Las tecnologías, engreídas, creen poder prescindir del Sol.
Los cuerpos se calientan con prendas térmicas mientras las almas agonizan heladas de frio. Las caricias y abrazos se anuncian en los periódicos.
De sólo mirar hacia delante, y nunca hacía arriba ni hacia abajo, la vida camina muy rápido precipitándose al vacío.
Una civilización que abandona al Sol,... es una civilización inSolente".
                               ( *.- Fuente.- Relato íntegro de Gustavo Puig, para Moving-Planet)

3 comentarios:

Faustino dijo...

Querido amigo tu inSolencia por pretender que nuestra in-civilizacón recobre la consciencia y vuelva a una civilización Sol-tenible y sobre todo Sol-idaria hace de ti una persona Insolita,
Gracias por tu bog.

Alberto del Pozo dijo...

Gracias a tí, Faus...Sois vosotros los y las que me haceis el honor de leer este blog, y los y las que me animais a seguir...

Juan Ignacio dijo...

Realmente nos hace sentir añoranza de otra época, pero... ¿seríamos capaces de volver a aquella sociedad (por otra parte más sana en todos los sentidos que la actual)? ¿Seríamos capaces de dejar tantos intereses y tantos egoísmos aparcados para vivir aquello de nuevo?