martes, 20 de septiembre de 2011

La enseñanza pública ó la práctica de la libertad.

     En estos momentos convulsos para la enseñanza pública, con vientos de guerra para la comunidad educativa como los que estamos viviendo en España, por la ofensiva privatizadora en desarrollo en algunas CCAA personificada en recortes presupuestarios, reducción de plantillas, despido de profesores, limitación de espacio para la formación e investigación, abandono de infraestructuras y potenciación de los centros concertados con el clero, con un descarado incremento de la presencia de la religión católica en las aulas públicas, en estos momentos, decía, merece la pena recordar que ayer se cumplió el 90 aniversario del nacimiento de un gran personaje de la educación, un hombre de una dimensión universal para el mundo de la educación y la pedagogía, y nos estamos refiriendo a Paulo Freire.
    Paulo Freire representa toda una vida dedicada al estudio de la pedagogía y de la enseñanza, invitándonos a entender los necesarios cambios a introducir no desde la óptica de la transición, de la adaptación a los nuevos tiempos, o del paradigmático discurso posibilista, sino desde la perspectiva de la ruptura con los modelos actuales, en beneficio de la educación libre, crítica y pública de los seres humanos, en especial de los más desfavorecidos social, cultural y económicamente.
      Actualmente la enseñanza pública en España está herida, y no sólo por esos recortes presupuestarios que se avecinan, y que se podrían constituir en la postrera puntilla, sino también y especialmente por las políticas educativas y privatizadoras que se vislumbran, preñadas todas ellas de contenidos conservadores, neoliberales, en ocasiones xenófobos, consumistas y fundamentalistas, dado el amaneramiento detectado en el creciente adoctrinamiento religioso que se aprecia.
     En ocasiones se ha afirmado que lo peor del desmoronamiento de los servicios públicos es el impacto que ello provoca en el sector concreto de la educación, más allá, incluso, que el causado sobre la sanidad o sobre los servicios sociales, pues mientras en éstos dos últimos podría decirse que la damnificada podría ser una sóla generación, por el contrario la quiebra de la educación pública, libre y crítica llega a impactar en la ideología de la sociedad, generando contracultura y propiciando retraso e involución intelectual en varias y sucesivas generaciones de hombres y mujeres. La educación genera ideología (no sólo política, sino filosófica y cultural), y si ésta ideologización está adoctrinada y orientada hacia una nueva alienación del ser humano, que con ello dejará de aspirar a ser libre y crítico, entonces es evidente que la sociedad futura se forjará amputada entre esas mordazas.
    Que la presencia de símbolos religiosos en las aulas públicas atenten contra el mandato constitucional, que sanciona que España es un país aconfesional ó sin religión oficial, parece que no es lo peor;...lo grave es que las clases de religión doctrinal católica ocupen un horario y espacio público principales en el horario lectivo de los centros públicos; que los profesores y profesoras de religión sigan siendo financiados por los bolsillos de todos los ciudadanos de este país ahora en crisis, cuando éste profesorado ha sido designado sin ningún mérito objetivable salvo el del dedo del obispo de turno; ó que los actuales equipos directivos de los centros públicos estén siendo designados también digitalmente entre una nueva pléyade de jóvenes afines al régimen y acríticos seguidores de la ideología nacionalcatólica dominante. Todo esto sí es grave e intolerable en un país que se enorgullece de su actual falsa democracia, y se vanagloria de su defectuosa e incompleta transición política de antaño.
    Paulo Freire nació un 19 de septiembre en el noroeste de Brasil, donde la marginación, el desempleo, el hambre y el analfabetismo inundaban las calles donde muchas personas, cerca de la mitad de los habitantes de toda la región, vivían en situaciones deplorables. Frente a esta situación, Freire rompe con ciertos modelos y centra su estudio y trabajo en este grupo de personas, a los cuales quería educar para que lograsen liberarse de la situación en la que estaban sumergidos. La pedagogía de Paulo Freire es una "pedagogía del oprimido", y no postula por lo tanto modelos de mejora, resignación o superación, sino modelos de franca ruptura, de cambio real, de transformación profunda y total, configunado una afirmación célebre en sus discursos, cual era que "la educación debe ser la práctica de la libertad" para el ser humano, como manera única y sublime de vencer la alienación y formar indivíduos que constituyan una sociedad verdaderamente libre, crítica, solidaria y hermanada con todos los pueblos y con su entorno natural.
      Y en estos días de vaivenes y enrarecimiento del ambiente educativo y escolar en España, ésto, todo ésto, precisamente ésto es lo que nos estamos jugando...
    Sigamos a Paulo Freire en su razonamiento y en sus enseñanzas, y defendamos todos y todas, ciudadanía y profesores, el mantenimiento, mejora y hegemonía de la Enseñanza Pública,...esa enseñanza que sólo si es pública, libre y laica, podrá ser considerada "la práctica de la libertad".

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