miércoles, 16 de febrero de 2011

Rigoberta Menchu y las Farmacéuticas

       En 2005, el ex embajador de Estados Unidos John Hamilton presionó durante  su gestión  para que en Guatemala se vetara la Ley que hubiese facilitado el ingreso de genéricos a ese país, promovida por  Rigoberta Menchú, Premio Nobel  de la Paz.
      Información disponible en el portal de WikiLeaks, y que corresponde a marzo del 2005, habla de las presiones de EE. UU. al entonces presidente Óscar Berger, que del otro lado tenía a Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz en 1992 y promotora de los medicamentos "sin marca".
      La embajada de EEUU. hizo lo imposible para advertir a Guatemala que no debería actuar en favor de los genéricos, pero causó sorpresa que en noviembre de 2005 aparecieron en el Congreso el entonces ministro de Salud, Marco Tulio Sosa, y la propia Rigoberta Menchú, para impulsar una ley que eliminase las trabas de la protección de datos a los medicamentos, la cual fue aprobada.
Wikileaks indica que el embajador "urgió insistentemente" a Berger para que vetara la ley, presionándolo  con que Guatemala podía quedar fuera del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. 
     Al final pudo más EE.UU.,...Berger cedió, vetó la ley...y se logró que se reintrodujera la protección para los medicamentos de marca.

       Los medicamentos, en términos generales, cumplen una función importante en los sistemas de salud. No obstante, al lado de fármacos de probada utilidad, de aceptable seguridad y costo accesible, se encuentran en el mercado productos "con marca" que no cumplen estos criterios. “El problema no está en unos pocos medicamentos peligrosos promocionados por una o dos empresas farmacéuticas descarriadas, sino que es el resultado inevitable del modo en que se estructura y opera el mercado farmacéutico"
 
1. El conflicto de intereses que se presenta alrededor de los medicamentos como herramienta terapéutica, o bien de mercado, "ha dado lugar a que el sector farmacéutico se encuentre en una disyuntiva permanente entre cubrir una necesidad sanitaria real y asegurar una expansión constante del mercado"
 
2. La OMS por su lado expresa que "hay un conflicto de intereses intrínseco entre los objetivos legítimos del negocio de los fabricantes y las necesidades sociales, médicas y económicas de los proveedores y del público para seleccionar y usar los medicamentos de la manera más racional"
 
3. Tomando en cuenta estas consideraciones es como podemos explicarnos que productos intrínsicamente útiles pueden convertirse en problema cuando son mal indicados, y que productos nuevos, que no ofrecen ventajas terapéuticas ni mejores rangos de seguridad que los ya existentes, se pueden convertir en problema para los sistemas de salud e individuos de muchos países debido a sus altos costos.

          Frente a un mercado farmacéutico marcadamente voraz e irracional, ya vamos siendo muchas las personas, profesionales y organizaciones, que apoyamos las iniciativas gubernamentales orientadas a aplicar y fortalecer políticas farmacéuticas que configuren una oferta de medicamentos ajustadas a las necesidades de salud pública, así como el retiro de productos de probada peligrosidad y/o ineficacia, insistiendo en la prescripción de genéricos en la generalidad de las ocasiones, y todo ello asociado a la lucha por configurar un marco legislativo internacional en el que todos los países, con independencia de su poder económico, puedan tener acceso a los medicamentos básicos y esenciales a un costo asumible para ellos.
                                                                     (Fuente de Datos: WHO, AIS, Laporte, Chetley y alts.)

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