El pasado día 13 de
junio se invistieron nuevos alcaldes y concejales, y más allá de las esperanzas
de cambio que cada persona se haya imaginado para el futuro de las legislaturas
que se les pone por delante, en un amplio abanico de cuestiones y temas de primerísima
importancia, o no, lo que sí parece pertinente hacer es recordar a los nuevos
responsables municipales algunas de sus obligaciones para con la salud y el
bienestar de sus vecinos. En la mayoría de estos electos munícipes existe la
penosa e injustificada convicción de que la salud de los leoneses y leonesas es
una cuestión del gobierno de la Junta, dado que la asistencia sanitaria es
competencia autonómica, como si la salud de las personas sólo dependiese de su
dispositivo asistencial sanitario (en nuestro escenario representado por
Sacyl). Y no parece que estos legítimos responsables municipales sean
conscientes de que la salud va más allá de los dispositivos asistenciales,
abarcando otros determinantes como pueden ser los aspectos genéticos de cada
persona, o los de los propios estilos de vida, o, y esto es lo que queremos
resaltar hoy, el impacto que el entorno en el que las personas viven ejerce
sobre esas personas, entorno que no es otro que el ámbito medioambiental en el
que desarrollan sus actividades habituales, domésticas, lúdicas ó laborales.
Y a la hora de ahondar
en esos diferentes determinantes medioambientales, son muchas las amenazas para
la salud que deberían ser valoradas por los nuevos responsables municipales,
por relacionarse con las competencias que éstos deben asumir, y entre las que
deberíamos mencionar el tratamiento de residuos y basuras, las tareas de las
comisiones de saneamiento, de la higiene alimentaria, del agua de la red
pública, de la contaminación urbana, de los asuntos de las viviendas, de la
contaminación atmosférica física y química, etc…y además hoy, 24 de junio, muy
especialmente deberíamos hablar de la contaminación electromagnética provocada
por las antenas de telefonía, los wifi, los wimax, etc, por ser ésta fecha la
elegida y proclamada como Día Internacional contra la Contaminación
Electromagnética...
Quizá no todo el mundo
sepa el impacto que las ondas electromagnéticas ejerce sobra la salud de las
personas, pero recogiendo las afirmaciones de muchos y diversos expertos en
salud nacionales e internacionales (como la propia OMS), la contaminación
electromagnética está relacionada con posibles trastornos neurológicos
(irritabilidad, cefalea, hiperexcitabilidad, somnolencia, temblores, mareos),
trastornos mentales (alteraciones del humor, depresiones, tendencias suicidas),
trastornos cardiopulmonares (alteraciones de la frecuencia cardiaca, de la
tensión arterial y alteraciones vasculares periféricas), trastornos
reproductivos (alteraciones del ciclo menstrual, abortos, infertilidad y
disminución de la libido sexual), trastornos dermatológicos (dermatitis
inespecíficas y alergias cutáneas), trastornos hormonales (alteraciones en el
ritmo y niveles de melatonina, substancias neurosecretoras y hormonas
sexuales), trastornos inmunológicos (alteraciones del sistema de
inmunovigilancia antiinfecciosa y antitumoral), fibromialgia, y también se
relaciona con el incremento del riesgo de padecer algunos tipos de cáncer, como
las leucemias infantiles, el cáncer de mama, y otros tumores del sistema
nervioso central de la infancia.
Tampoco sabe la
mayoría de la población que la legislación española (Ley General de
Telecomunicaciones, de 9 de mayo de 2014) resulta tan laxa y permisiva, y a la
vez tan agresiva para las personas, que supera en cientos de veces los topes de
radiación aconsejados por determinadas instancias internacionales, así como
también las que se aplican en la mayoría de los países de la Unión Europea,
pero que, a su vez, no impide la posibilidad de que los ayuntamientos
introduzcan mecanismos de regulación de sus normativas municipales, en aras de
atenuar esta abusiva y nefasta legislación vigente que sólo favorece a las
empresas de telefonía a costa del derecho a la salud de las personas.
Hoy ya tenemos nuevas
y nuevos alcaldes y concejales, y deberán ser éstos los que se informen de esta
situación para que, una vez conocidas estas circunstancias que denunciamos,
trabajen en la línea de propiciar una atmósfera en su ámbito municipal que
respete unas mínimas condiciones de precaución y prevención de riesgos
electromagnéticos. No sólo la usurpación de azoteas y espacios públicos por
parte de las empresas de telefonía deberían ser derogadas, sino, y muy
especialmente, el entorno de guarderías, colegios, espacios universitarios,
hospitales, centros sanitarios y geriátricos, parques, etc…deberán ser
protegidos por normativas municipales, como así ya se hace en algunas ciudades
españolas y en multitud de ciudades europeas.
Nuestra asociación
Alcoe (integrada en la Plataforma Estatal contra la Contaminación
Electromagnética, Peccem) espera que nuestros nuevos representantes municipales
inicien una gestión responsable y coherente en la defensa de la salud de sus
vecinos y vecinas, y que su gestión suponga que esos nuevos ayuntamientos
asumen la necesidad de transformar y convertir la actual y peligrosa situación
en otra en la que sean unas nuevas ondas las que permitan compaginar el
innegable avance tecnológico, imprescindible y necesario, con las
irrenunciables medidas de protección de la salud de sus vecinos y vecinas en
cumplimiento del más elemental «principio de precaución».
Existen multitud de
referencias bibliográficas sobre estudios médicos de asociaciones y sociedades
médicas de prestigio (que no procede comentar aquí) que anuncian y advierten de
la necesidad de tomar medidas correctoras y preventivas en este asunto. A las
nuevas y nuevos alcaldes y concejales se lo queremos recordar y, porque parece
que se promete e impone un cambio en la forma de hacer política, es por lo que
esperamos sean sensibles y receptivos ante esta situación… Así lo esperamos y
así, a ellos y a ellas, les esperamos con esperanza e inquietud…
No hay comentarios:
Publicar un comentario