domingo, 15 de diciembre de 2013

Lo que necesita España, son más cárceles...

    Tanto como les gusta a esta gente del gobierno el acusar y tildar despectivamente a cualquier ciudadano discrepante, con el delicioso apelativo de “antisistema”, yo albergo algunas dudas... vereis...
    Es curioso esto de la asociación de ideas cuando al análisis de la realidad le asocias la memoria selectiva que te va quedando. Porque aún recuerdo cómo en las clases de ciencias naturales del bachillerato nos decían que el lobo caza y mata sólo para alimentarse, mientras el perro muerde para defenderse,...y que, por ello, esa agresividad del perro no era como la del lobo, sino que era reactiva...por miedo....
    Pero...¿miedo a qué?....El miedo del perro le desconozco aunque me lo imagino, pero el del actual gobierno español no es que me lo imagine, sino que parece evidente y palmario....Y sin embargo nos tienen miedo.
    Detalles y pinceladas del actual poder ejecutivo y legislativo (que son el mismo), como son la futura Ley de Seguridad Ciudadana y su consiguiente “mordaza”, la reforma del Código Penal con nuevas lindezas como la de la cadena perpetua y sus nuevas figuras delictivas hoy inimaginables, y ahora la aparición del  proyecto de Ley de Seguridad Privada, con la privatización de la seguridad en favor de empresas privadas,....todo ello encaminándonos a prohibir, prohibir, prohibir, sancionar, sancionar, sancionar, multar, multar, multar...pero...¿es que estamos ante una conexión perversa?....
    Y claro, también olvidando el Art. 19 de la Declaración de Derechos Humanos que señala: que "toda persona tiene derecho a la libertad de opinión y expresión, derecho que incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión" (dicho por la Asamblea General de la ONU del 10 de diciembre de 1948)
    Los vigilantes de seguridad privados, sin duda buenos profesionales para otros menesteres, no precisan para serlo el hacer cursos homologables, ni oposiciones a nada, ni se les imparte formación específica para la finalidad que cumplen los agentes de las fuerzas de seguridad del estado. Los vigilantes de seguridad son contratados por las empresas según los criterios de la empresa privada, o sea, sin ningún criterio trascendente salvo el de la docilidad y obediencia sin reparos éticos, pues ese no es su rol y si los exhibieran podrían ser despedidos...Sólo se les exige un nivel de obediencia rayano en el esclavismo.    No poseen, pues, ese compromiso ideológico con los principios democráticos de la ciudadanía, que por el contrario sí se introducen en la formación de los agentes de las fuerzas de seguridad del estado, sino que el compromiso de los vigilantes de seguridad será exclusivamente con su empresa, y con el dinero que recibirán en concepto de salario o incentivos diversos...a pesar de que, con la nueva normativa, tendrán que asumir el realizar acciones e intervenciones dudosamente garantes de los derechos fundamentales de los ciudadanos...Pero es que el dinero manda,  pues poderoso caballero es el dinero...¿no es así, maestro Quevedo?
   Este gobierno demuestra así, al igual que lo hace el perro, su propio miedo...su miedo a las posibles y crecientes respuestas ciudadanas ante los muchos atropellos de los que están siendo víctimas, atropellos que son diseñados precisamente por el propio gobierno con sus medidas antisociales. Jugada redonda. ¿O será que, por error, estos señores del gobierno que demuestran tanto miedo también han leído a Fromm?...
    Los contratos del gobierno con las empresas de seguridad privada serán, como todos los contratos privados, de naturaleza mercantil, laboral, temporal y reversible, mientras que por el contrario el aumentar las plantillas de los agentes de las Fuerzas del Estado les consolidaría como empleo al servicio de la administración, con la servidumbre que para ese “estado a adelgazar” eso le supondría, exigiendo además su compromiso con los principios democráticos, cosa que no se exigirá a los vigilantes de seguridad privados que obedecerán a la voz de su amo, el dinero...y con el añadido además de que éstos vigilantes a sueldo (el diccionario de la RAE les podría definir como “mercenarios”) podrían cumplir tareas de dudosa legitimidad, y de nula transparencia en materia de abuso de autoridad, sin que nadie pueda controlarlos salvo la empresa que los paga...
    Si ahora se indulta a determinados delincuentes y a agentes que se han sobrepasado con sus actuaciones represivas y violentas (recuérdese el reciente caso de los mossos d´esquadra), imaginemos qué podrá ocurrir cuando esos agentes sean agentes privados sin sometimiento a ningún mandato ni veredicto judicial, ni al control de acreditados jefes superiores con una mínima sensibilidad democrática.
   Fuerzas así, desde luego, serían las idóneas para aquellos gobiernos y gobernantes proclives en materia de represión, o sea, para los estados represores y dictatoriales...aunque sus países dispongan “nominalmente” de una insatisfactoria y desnaturalizada Carta Magna...como el nuestro. De esta manera vamos camino de ver legitimada la violencia de estado, es decir, la violencia impartida por determinados "agentes a sueldo", con lo que se llegará de nuevo a echar en falta el análisis de aquellos grandes teóricos de la violencia, obligándonos a volver a desempolvar a los Sorel, Derrida, Walter Benjamín o afortunadamente al propio Engels...y todo ello de forma gratuita, como si les regalásemos una capacidad de pensar en clave crítica que ellos no tienen, y dado que ya, hasta nos secuestran la posibilidad de pensar en filosofía...o sea, en esa materia desterrada en la formación de los españoles por mor de un caprichoso y miope intelectual apellidado Wert. 
   Me pregunto si todo esto no tendrá también relación con el impacto que comienza a apreciarse en la sociedad por la demolición de la enseñanza pública, la ignorancia consecuente en materia de valores para la ciudadanía, todo ello acompañado del incremento del caos por el creciente paro y por el desesperante desempleo, aderezado con los continuos recortes en derechos sociales. Y así me pregunto si no será todo esto, en conjunto, la semilla de una escalada de la delincuencia callejera (la callejera claro, pues la de cuello blanco, la aristocrática, la de los magnates de las finanzas y la de los amigos influyentes está inmune e impune). Delincuencia que ahora se tildará como tal, pero que no será sino el producto de una creciente (y ahora “ilegal”) respuesta y protesta ciudadana que, sin duda, "recibirá el trato merecido"...y no el de ése “cursi” artículo 19 de la Declaración de Derechos Humanos.
    Si esto ocurriera, obviamente, esta gente del gobierno lo solucionará rápidamente construyendo más cárceles.... que para eso sí habrá dinero.
   Futuro prometedor el que le espera a este país...el mismo país que entre un día de 1975 y otro de 1978 se creyó que con esa pacífica transición lograría sobrevivir a la larga noche de la represión...cuando lo que realmente hemos logrado es retornar a un estado antihumano y antilógico, a un estado “antisistema” más bien, como a ellos les gusta demonizar,...y además, un estado abusivo pero defendido y resguardado con fuerzas de mercenarios.
   Y es que, parece, en España harán falta más cárceles....

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