sábado, 21 de julio de 2012

España. ¿Un país en crisis, ó un gobierno con nostalgias del pasado?

    Acabo de leer por segunda vez (la primera lo leí hace 10 años) un estudio del insigne historiador hispanista  Paul Preston titulado “La política de la venganza”, que está dedicado íntegramente al comportamiento que antes, durante y después de la guerra civil española mantuvieron las fuerzas civiles y militares del fascismo y del militarismo de la España de entonces.
    Resulta espeluznante, pero llamativo desde el punto de vista historiográfico, cómo en su contenido este estudio del profesor Preston puede ayudar a comprender algunos de los rasgos de la actual actitud del gobierno español ante la situación crítica que atraviesa España en estos días.
   Uno no es economista, pero en estos últimos meses ha aprendido a manejar algunos de esos conceptos de la política macroeconómica que tan angustiados nos tienen, y que tan despistados intentar tenernos.
   Es verdad que la situación de la llamada crisis económica y financiera alcanza a todo el territorio euro, y los ejemplos de Grecia, Portugal e Irlanda nos confirman tal crisis paneuropeista, pero no es menos cierto que esta situación se hace peculiar además de más dramática en el caso de nuestro país, en el que, amén de determinantes comunes a la zona euro, también contamos con otros factores específicos sin duda provenientes de nuestro más que reciente pasado franquista, de su política desarrollada durante tantos decenios, y cuando, como es el caso, aún perviven sentimientos, sesgos, actitudes, ideas, conceptos, organizaciones preconstitucionalistas agrupadas en poderosos grupos fácticos y oligárquicos, además de personas agrupadas en castas que comparten su filodependencia al añorado antiguo régimen.
   No es éste el sitio ni el momento, ni tampoco habría espacio suficiente, para entrar a discernir las características específicas de la derecha española que aún sobrevive a la transición de 1975, pero sí resulta obvio que no podemos desestimar el influjo que esas características franquistas de este postfranquismo póstumo están teniendo en cómo el actual gobierno del partido popular está gestionando esta crisis, e incluso para dudar de si las medidas antidemocráticas que está adoptando este gobierno no están destinadas a paliar dicha crisis sino a recuperar marcos de relaciones de poder y conceptos sociopolíticos de la España predemocrática.
   La desregulación de las relaciones laborales, el empobrecimiento de la clase trabajadora, el abismo creciente entre pobres y ricos, la hostilidad hacia los inmigrantes, la hegemonía en la que se mantiene (y ahora dimensionada) a la enseñanza privada y religiosa nacionalcatólica en detrimento de la pública, la forma prepotente en la que sus dirigentes políticos esconden la cara ante la llamada de la sociedad en pleno, los ademanes pseudofascistas con los que algún político del partido en el gobierno desautoriza las manifestaciones sociales para exigir la reconsideración de estas medidas, la utilización que de las fuerzas del orden público está tratando de ejercer este gobierno, que incluso sataniza al discrepante llegando a modificar la legislación para acallar las legítimas protestas y convertirlas en figuras delictivas, gestos propios obviamente de estados totalitarios y represores nada democráticos, y, quizá, también, la forma en la que, protegiendo a los más fuertes y a las instituciones y estructuras de épocas franquistas como las diputaciones o las subdelegaciones del gobierno en las provincias, se atreven a cuestionar el mapa territorial autonómico y así asfixiar a las comunidades autónomas, sugiriendo que son ellas las culpables de la situación económica actual, todo ello (y seguramente más detalles que se me quedan en el teclado) no hacen sino traer a mi “perversa” imaginación la posibilidad de que la derecha española no esté tan interesada en sacarnos de una crisis económica, monetaria y financiera, sino de retrotraernos esencialmente a la España anterior a la Transición, echando por tierra cuantas conquistas fueron arañándose poco a poco, y no sin dramas ni sufrimiento, a la dureza gubernativa de aquellos despiadados gobiernos de la dictadura... Como dato adicional que me angustia en esta incertidumbre, deberíamos recordar cómo a los “nuevos” partidos vascos se les pretende llevar a la ilegalización por su “pretendida” tibia crítica del terrorismo etarra, sugiriendo que algunos o muchos de sus miembros siguen siendo terroristas criminales, mientras que no se divulga lo suficiente que ya hace algún tiempo el propio partido popular que hoy gobierna se opuso enérgicamente a que el Parlamento condenase el régimen de Franco y su política dictatorial, manteniendo incluso fundaciones franquistas subvencionadas con el erario público, actitudes éstas que no hemos observado, ni por asomo, ni en la actual derecha alemana ni en la italiana respecto a sus respectivos pasados nacionalsocialista y fascista, derechas europeas que, al parecer, han entrado en la historia de la democracia de una manera, vamos a llamar, más convencida.
   En resumen, yo me pregunto...¿al gobierno español del partido popular (fundado por Fraga Iribarne, exministro franquista y uno de sus popes ideólogos) le interesa realmente sacarnos de la crisis?, ¿o le interesa aprovecharse de ella para llevarnos a la España paupérrima, cañí, ignorante, de sotana, bajo palio, y sin libertades de aquellos años 50´ ?...
   No. Seguramente son sólo imaginaciones mías,...que soy un malpensado...

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