miércoles, 18 de abril de 2012

La Sanidad Invertida

     Cuando orgullosos y enfáticos, algunos de mi generación (la de mayo del 68, sin ir más lejos) afirmábamos hace décadas que nuestra recién nacida sanidad pública era, entre otros logros, un elemento de redistribución de la riqueza, nunca llegamos a pensar que alguien fuese a aplicarlo en sentido literal e inverso...es decir, que la sanidad iba a “redistribuirse según la riqueza”, y que la iban a pagar más quienes más la necesitasen...que, como todos los sanitarios que trabajamos en salud pública sabemos, éstos son los pertenecientes a las clases más desfavorecidas, los más explotados, los más vulnerables, los enfermos crónicos, los discapacitados y los ancianos...
    No es que estemos sólo ante una ausencia de progresividad fiscal, como el Partido de Derechas Popular defiende en cumplimiento de su ideario, sino que estamos ante una flagrante y escandalosas “retro-gresividad” social, democrática, fiscal, y de derechos humanos.
    No hace falta ser un experto para saber que si lo que este gobierno pretende es incrementar los fondos del erario público y hacer sostenible su sistema sanitario, existen otras medidas eficaces de sobra, sin para ello tener que tocar la sanidad o la educación, y que son medidas que diversas organizaciones profesionales, sindicatos, asociaciones, grupos, y algún partido político, llevamos proponiendo desde hace años.
    Pero no. De lo que realmente se trata es de adelgazar el Estado, de reducir las conquistas sociales, de pisar la manguera del suministro de los servicios públicos, para, a la postre, pasar a la segunda fase de la privatización de dichos servicios y derivar el dinero público de los ciudadanos a los bolsillos privados de los de siempre.
    Este golpe de estado protagonizado por las clases dominantes ha contado con la inestimable colaboración de su partido del alma, el Partido Popular, el cual, amparado en las mentiras y falsedades cantadas en su campaña electoral, había intentado convencer al electorado de su “claro” rechazo a aplicar copagos en sanidad, entre otras lindezas incumplidas.
    Existen no pocas experiencias internacionales que demuestran que este tipo de medidas, como las adoptadas hoy en el Consejo Interterritorial de Sanidad, resultan socialmente injustas y retrógradas y, además, inútiles para conseguir el abaratamiento de la sanidad y su consecuente estabilidad y sostenibilidad.
   No es este el espacio para hacer referencia a esas experiencias, ni a la legión de expertos que apoyan esta opinión, pero no debe quedar duda de que detrás de todas estas falacias sólo subyace la entrega a la liberalización de los servicios públicos que tan deseada se explicitó en los conciliábulos ultraneoliberales de la Escuela de Chicago, cuyo más claro defensor es el lamentablemente gurú conservador y conocido Milton Friedman y sus discípulos y adláteres, quienes posteriormente trasladaron y canalizaron su praxis al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial, lo que a la postre, en 2006, se acabó sancionando para Europa por medio de esa apisonadora social que se conoció como Directiva Bolkestein.
   Nada es casual ni gratuito, y todo lo que estamos contemplando no deja de ser una estrategia cuidadosamente diseñada desde hace años y que, como algunos “malpensados” creemos, es la que está detrás del verdadero origen de la crisis global que se padece en el mundo capitalista occidental.
   Sólo la sociedad informada y organizada, coordinada y convencida, exigiendo su participación directa en las decisiones políticas que afecten a sus servicios públicos, podrá corregir el rumbo de los acontecimientos, de esos acontecimientos que, en el caso de los recortes y copagos en la sanidad española, son sólo un leve y doméstico exponente.

2 comentarios:

A. Garcia Portela dijo...

Es la hoja de ruta del consenso de Washinton.

Bereberturix dijo...

¡¡Pues claro, Ángels!!...Y aún hay quienes no saben cómo ha venido ésto, como si fuese "la primavera" de Luis Mariano....Habrá que preguntar a esa mayoría de votantes que apostaron por opciones de gobierno conservadoras y ultraliberales, y a los que no apostaron por nadie y se quedaron en casa.
Gracias por interactuar en el blog.
Alberto.