martes, 4 de octubre de 2011

Sanidad y Enseñanza. Ebro y Brunete en color pastel

     Cuando la presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, esa gran depredadora de lo público, intenta zafarse de la inevitable huelga de maestros y profesores que asola su finca (digo su territorio), y lo hace atacando a Zapatero con ese argumento tan pueril del "y tú más", consistente en afirmar que "Zapatero fue el que recortó la escuela pública, pues fue él el autor de la bajada de sueldo de los maestros" (y de otros empleados de servicios públicos, por cierto), no queda más remedio que darle la razón...parcialmente.
    Y la tiene porque es verdad que, aunque la miope sociedad no se enterase de la misa la media, incluso muchos se alegrasen errónea y vilmente de aquella medida, la realidad es que aquella bajada de sueldos no era sólo una pérdida de salario de unos pocos funcionarios, sino el premonitorio gesto de que lo público estaba en el punto de mira de los voraces políticos neoliberales, tanto del Psoe como del PP, y aquella "huelguecita 8-J" de los empleados públicos, que los sindicatos convocaron tan tibiamente, era en cambio, para muchos, un grito mudo de alarma y socorro por lo que había de llegar.
    Hoy, ya toda la sociedad española está comprendiendo que la enseñanza y la sanidad públicas están al borde del caos, y es por ello que, entre otras cosas, y más allá de otras escaramuzas insinuantes, tanto en la enseñanza de Madrid como en la sanidad de Cataluña se están librando dos grandes batallas y estratégicamente fundamentales...Y es que son esos dos frentes los que dictarán la actitud del gobierno que salga del 20N, así como de otros gobiernos autonómicos, esperando de qué color será la fumata que salga de esas dos confrontaciones para luego pasar líbremente a adaptar su calendario político de restricciones y recortes a sus respectivos ámbitos territoriales.
   La Aguirre, como si de una infantil y cursi Hello Kitty se tratase, se sacude las acusaciones a su política de acoso y derribo de la enseñanza pública madrileña acusando a Zapatero, como si aún no se hubiese enterado que, a la inmensa mayoría de los profesionales afectados y de los ciudadanos implicados, tanto ella como Zapatero ya les importan un bledo pimientero, pues ya, desde hace meses, ambos se han merecido el más simbólico de los desprecios democráticos.
   No, señora; ni usted ni su antagonista, el que llama "de la ceja", son ya los ombligos y polos opuestos de este penoso escenario bipolar, ni siquiera son las referencias cartesianas del mundo que usted vé, puesto que, afortunadamente, la sociedad va informándose por otros medios y la población indignada va creciendo y pasando de ustedes, y moviéndose en otras coordenadas que usted ni se imagina...
   Las batallas de Cataluña y Madrid, expresiones de lo que le espera a la sanidad y enseñanza públicas españolas, están suponiendo y representando el pulso que la sociedad en su conjunto está manteniendo contra las agresiones neoliberales de desmantelamiento de lo público, y por el contrario, los medios de comunicación (o de persuasión, como sarcásticamente los llama el profesor Navarro) lo están relatando como si fuesen episodios aislados, inconexos y ajenos a lo que pueda afectar al conjunto del país. 
    Pero es en estas batallas donde la derecha madrileña más dura y cortijera, en la misma onda que la derecha nacionalelitista catalana, están cifrando y midiendo el nivel de resistencia que la sociedad puede oponerles, y sin embargo, la mayor parte de la población sigue atendiendo esa retórica pastel de la Aguirre rosita y lenguaraz del "y tú más", cayendo en la trivialización bipartidista y maniquea de la política, desacreditando así el contenido grosso de lo que debe ser la sabiduría democrática de cualquier sociedad madura.
   Porque si la española fuese una sociedad democráticamente madura, ya estaríamos todos y todas prestando más atención y apoyo a esas "batallas" de Cataluña y Madrid, las que, al igual que en otro contexto y momento histórico fueron las batallas del Ebro y Brunete, sin duda serán fundamentales para el ulterior devenir de esta "guerra" de lo privado contra lo público.
    Y yo me pregunto, como algún día hicieron los brigadistas internacionales,...¿dónde hay que alistarse?

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