viernes, 12 de octubre de 2012

Un 12 de Octubre, el FMI y el ministro WERT

        Tiene razón Eduardo Galeano cuando afirma que el 12 de octubre de 1492 no se descubrió América, sino que fueron ellos, los habitantes nativos, los que descubrieron que eran "indios", que su tierra se llamaba "américa", que vivían desnudos, que existía el pecado, que debían obediencia a un rey y a una reina de otro mundo, que debían orar a un dios de otro cielo, que ese dios había inventado la culpa, y que ese mismo dios ordenaba que fueran quemados vivos los que adorasen al sol, a la luna, a la tierra y a la lluvia que los moja...y mientras tanto, los descubridores se lo agardecieron llevándoles la sífilis, la tuberculosis, la viruela, la peste, el alcoholismo, y enseñándoles el uso de la pólvora, mientras les esquilmaban su oro y su plata.
      Mas allá de la crueldad y el abuso cometido durante la posterior colonización en el nombre del padre, cristianizándolos a golpe de espada y crucifijo como si acaso hubiesen cometido algún delito, lo triste y curioso desde el punto de vista español, o castellano-aragonés (que entonces era como decir lo mismo) es que a España todo aquello no le sirvió de nada.
     La fijación obsesiva del nacionalcatolicismo que mostraron los Reyes Católicos tuvo su continuidad con las etapas de reinado de los primeros Habsburgo (Carlos I, Felipe II, y Felipe III), pues, entre todos ellos España fue capaz de esquilmar las Indias y atrapar para nuestro país una cantidad inmensa de riqueza, esa misma riqueza que la miserable forma de entender el Estado de aquellos primeros "señores" (monarcas, nobles, aristócratas, obispos y caballeros) del medievo español, echaron a perder, permitiendo y fomentando unas auténticas obscenidades en materia social y económica, siempre desde la óptica histórica.
    Quizá, esas que yo llamo exageradamente "obscenidades", tengan algo que ver con la posterior situación que padecerá nuestro país siglos despues, y que sentaron las claves del cómo y porqué hoy dia nos pasan ciertas cosas "tan españolas", así como también del cómo ahora, a principios del siglo XXI, nos encontramos en una situación tan delicada...ante nuestros ciudadanos, ante Europa y ante el mundo que nos mira atónito y sorprendido de la endeblez de nuestro reciente "milagro" económico.
    Esas claves que no tienen explicación ni semejanza en otros países de Europa, y que encuentran acomodo en nuestra peculiar y propia forma de entender la vida, y especialmente en la forma en la que nos han gobernado (esos cuasi sátrapas que nos han gobernado), pueden ser:
    1º.- El dejar que los nuevos capitalistas extranjeros del siglo XV organizasen nuestro régimen fiscal (que ni siquiera teníamos) y hacerlo en beneficio propio, a costa del dinero de los contribuyentes pecheros y campesinos castellanos (cuando menciono "extranjeros", me refiero a franceses, genoveses, italianos, holandeses, hanseáticos, flamencos, irlandeses e ingleses)
    2º.- Que los beneficios de ese ejercicio fiscal fuese a manos privadas extranjeras, y que sólo en un 3,8% se quedase en manos privadas hispanas.
    3º.- Que fuesen los banqueros extranjeros los encargados de controlar las ferias de lana, el comercio portuario de Sevilla y Cadiz, el precio del grano, el apreciado aguardiente de vinos catalanes, la propiedad y usufructo de la tierra en manos extranjeras (mediante "encomiendas" reales), y otros muchos recursos hispanos (incluido hasta el comercio del tráfico de esclavos negros africanos a las Indias, que estuvo en manos de portugueses y franceses).
    4º.- Que se permitiera que los nuevos y escasos burqueses (pues en Castilla no llegó a existir un verdadero feudalismo, y por ello tampoco sus adelantos económicas) en vez de trabajar como los burgueses de otros países, sólo aspirasen a "hidalgarse" en busca del privilegio de la exención de impuestos de la que sólo disponían la corte, la nobleza y el clero españoles.
    5º.- Que se fortaleciese y monopolizase la cría de ganado lanar, propiedad de la aristocracia, y que con la creación de los privilegios de "La Mesta" se diezmasen las posibilidades de la agricultura castellana.
    6º.-  Que se fomentara y mantuviera esa tradicional costumbre de los nobles, de huir de toda forma de trabajo (agrícola, talleres, gremios), porque ello "contamina la esencia nobiliaria" por lo que "todo buen noble español que se precie, tenía que vivir de las rentas", concepto éste que desde las llamadas "polisinodias" llegó hasta una "reciente" normativa legal de Carlos III.
    7º.- La contínua sangría demográfica de gentes muy útiles y eficientes, con iniciativa y con posibilidades económicas, producto de la permanente expulsión de nuestro territorio de judíos, conversos, moriscos, etc, por razones exclusivamente religiosas,...y de la otra sangría, la de las gentes que se enviaron a buscar su vida en las Indias, cuando no el inexistente "eldorado", dejando en España un vacío de mano de obra muy cualificada, y que pronto fue ocupado por mano extranjera e interesada en monopolizarla.
   8º.- Que nuestros monarcas incorporasen, como bandera ideológica, la defensa a ultranza del catolicismo radical e inquisidor, en contra de la corriente protestante que por entonces bañaba al resto de Europa, y que, por cierto, estaba sentando las bases del racionalismo económico del nuevo capitalismo urbano previo a las revoluciónes francesa e industrial,...revoluciones y cambios que nuestro país nunca vivió.
       En uno de sus tratados, incluso el propio Ortega llegó a afirmar que "fueron los bancos extranjeros, de la España de los Reyes Católicos en adelante, los verdaderos responsables de la decadencia del imperio español y de la ruina y posterior hundimiento social y cultural que asoló este país durante el siglo XVII", y de los que (creo yo), salvo el corto paréntesis de aquél espejismo prometedor de los tres años de la II República, aún no hemos salido.
    Nosotros, hoy, en el siglo XXI, seguimos dependiendo de bancos extranjeros como cuando los habsburgo, seguimos cristianizando y españolizando al estilo de los Reyes Católicos o del ministro Wert, mantenemos algunos hábitos tradicionales culturales y fiscales igual de trasnochados, aristocráticos y abusivos con los contribuyentes que en los siglos XVI y XVII,...y siempre, siempre, en beneficio de las clases "pudientes", del clero, de la aristocracia, de la monarquía, así como también seguimos compartiendo otras "lindezas" propias de nuestro siglo XV y siguientes. 
Y es que la historia puede enseñarnos, pero no dicta los comportamientos. Eso ya es cosa nuestra... Pero como no lo hemos aprendido,...y así nos va.
           (Fuente.- Textos de Ramón Carande, Vicent Vives, Larraz, Reglá, Ortega y Gasset, y Antoni Jutglar)

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