sábado, 28 de enero de 2012

Pare, por favor, que yo me apeo en la próxima

      Un país en el que se juzga a un juez Garzón mientras ese mismo país se pone de luto por la pérdida de un ministro franquista como Fraga; un país que indulta a un Camps mientras que encarcela a unos jóvenes del 15M que sólo hicieron que manifestarse donde “no debían”; un país en el que las cárceles están llenas de ladronzuelos de barrio mientras que los grandes estafadores y corruptos de cuello blanco son encumbrados a personajes ejemplares y “envidiados”; un país que es gobernado por gentes que entregan millones de euros a una orden religiosa mientras que reduce sus servicios públicos esenciales y básicos como enseñanza, sanidad y servicios sociales; un país cuyos sindicatos de clase trabajadora no cesan de ceder y pactar trampas y reformas laborales que empeoran las condiciones de los trabajadores y trabajadoras; un país que mantiene una monarquía bajo palio y bajo sospecha, mientras aún mantiene a miles de asesinados por el golpe de estado de 1936 sin desenterrar y sin honrar; un país que permite que muchos de sus gobernantes se enriquezcan obscenamente mientras permite que haya miles de familias que deben abandonar sus viviendas manteniéndose sin empleo; un país que aún endiosa a toreros, cupletistas y a “belenesteban”, mientras abandona y mantiene en el anonimato a grandes profesionales que son capaces de hacer tanto por sus conciudadanos...etc...un país así, no es un país del que uno se pueda sentir orgulloso, por muchos campeonatos de Europa o del Mundo que haya ganado en un deporte concreto.
     Se ha considerado simbólico el concepto de “chauvinismo” para definir una actitud de narcisismo mitómano y apasionamiento ciego hacia el país de origen, caso emblemático de los franceses y de ahí su nombre, pero por nuestros pagos no parece que nos las tengamos menos tiesas...pues nuestro “chauvinismo ibérico”, asumible al peor de los casposos y rancios patriotismos “isabelcatolicistas” que abundan por doquier, es de lo peor que cualquier historiador curioso o sociólogo de masas puede encontrar en la reciente historiografía del mundo moderno.
    Uno, que se siente muy español de aquella España de la conciliación intercultural de la Córdoba universal, aquella de la convivencia musulmana, judía y cristiana; de aquella España que dudó en su incertidumbre esencial entre afrancesados y absolutistas; de aquella que aspiró a la integración indígena de un fray Bartolomé de Las Casas; de la misma que se identifica con los prokraussistas de la Institución Libre de Enseñanza; de la que se pone a favor de algunas de las posiciones de la entrañable y crítica generación del 98; de la misma España que a la sazón puede aportar un espíritu crítico en la gestación de los hombres de la II República; de la España de los Pablo Iglesias, Azaña, Valle-Inclán, Unamuno, Lorca ó Machado; de la misma España de esa línea genésica en lo intelectual y humanístico que se nutrió de anónimos marxistas y anarquistas, los del POUM y del Bloque Obrero y Campesino, la de los Andreu Nin o Federica Montseny; y de la misma España que hoy se avergüenza de lo que ve,...uno de estos súbditos, repito, como decía antes, se lo está pensando...pues a esta España no la arregla ni dios, ni nadie quiere que la arreglen...
    El humilde súbdito español que esto suscribe, que, sin disponer de patrimonio ni rentas familiares, aún precisa trabajar para seguir viviendo dignamente sin lujos ni excesos, y que ya en su día apostató de su pertenencia a la jerarquía eclesial nacionalcatólica, sin ni siquiera estar tan convencido de ningún ateísmo sino sólo por el hastío que le provocaba esa secta, ahora ése súbdito se está pensando el alinearse en la “apostasía apátrida” (si es que esto existe),...cuando en breve abandone su condición laboral “en activo” y se incorpore a esa vasta legión de las clases pasivas. Y de hacerlo, obviamente, será para plantar sus maltrechas posaderas y mostrar sus encanecidas sienes muy fuera de los Pirineos, ó quizá al otro lado del Atlántico.
    Yo no quiero ser español de esta segunda “ España de charanga y pandereta, cerrado y sacristía, devota de Frascuelo y de María” que existe hoy, ni de la que, parece, se adivina como inmediatamente futura. Y no caben esperar cambios bruscos en su trayectoria.
   Quizá esa decisión no sea sino una huída hacia el autoexilio, por lo que discúlpenme por ello, pero aún y así...¡¡Pare, por favor, que yo me apeo en la próxima!!...

2 comentarios:

Bicthor dijo...

No puedo estar más de acuerdo en lo que dices, así que, si encuentras la parada en la que bajarte, ¡¡avísame!!
Porque lo que no tengo claro es en qué estación bajarme, que no sea salir de Málaga para entrar en Malagón

Bereberturix dijo...

Pues a pesar de Sarkozy,...y como dirían en "Casablanca"..."Siempre nos quedará París"...y despues de Francia, no descarto Irlanda, Cuba,Canadá, Brasil, etc...pues en Islandia debe hacer demasiado frío ¿no?