lunes, 5 de diciembre de 2011

¡¡ Ojo, con los atajos!!

       Alguien ha definido la actual situación de crisis como un golpe de estado de los poderes financieros conformados por las clases dominantes, contra los Estados como figuras soberanas y colectivos sometidos a derecho y dueños de su propia organización democrática. Y no parece que esa percepción sea tan ajena a los ojos de todos nosotros, observadores y víctimas de la situación.
 
   La corrupción política parece estar lustrando y acompañando este proceso de descomposición del estado de bienestar de los estados occidentales, europeos al menos, y como quiera que el poder y la capacidad de decisión se ha deslizado desde la voluntad y el ámbito político al propiamente financiero especulativo, los pueblos se revuelven irritados en sus territorios a todo lo largo y ancho de nuestra vieja Europa.
 
   Parece que muy lejos quedaron ya no sólo los tiempos del derrumbe de los absolutismos y los años de la Ilustración, ó los de la caída de los viejos imperios europeos previos a la primera Gran Guerra, ó los de la configuración europea a partir de la segunda Guerra Mundial, sino también se nos antojan lejanos los tiempos del interés que subyacía tras el trabajo y esfuerzo que concitaron a los gobiernos para convenir el propio Tratado de Roma. 
 
   Hoy tenemos la sospecha, muy próxima a la certeza, de que todo eso se ha ido al garete, y de que el escenario en el que nos desenvolvemos es otro en el que se secuestra la voluntad popular, y en el que nos niegan la capacidad de decisión de los gobiernos elegidos democráticamente por todos nosotros. Si a los griegos, italianos, portugueses, irlandeses y españoles les preguntamos cómo entienden ellos que se han producido estas situaciones que nos mantienen en vilo, y que nos arrinconan hacia la pérdida de los derechos adquiridos hace casi 50 años, ninguno de ellos dirá que el panorama ha dependido de los gobernantes elegidos, sino de los mercados, como si éstos fuesen unos aliens, o sea, unos extraterrestres mutantes que nos han llegado desde el espacio sideral y nos acogotan sin reconocerles una mínima triptonita que nos aporte esperanzas... La sensación es de que “nadie ha podido hacer nada para evitar esto”, y de que nuestro destino está en el cuadro de mandos de una nave extraña a la que sólo tienen acceso las agencias de calificación, los grandes bancos, el parqué bursátil, etc...bueno, y también Barroso, Merckel y Sarkozi...
 
   La convicción de que esta crisis es la gran crisis del capitalismo liberal, del capitalismo movido por unos intereses especulativos a los que nuestros gobernantes no pueden modificar en sus decisiones, es una convicción que aterra y paraliza a la población, y que sin embargo no impide que surjan movimientos de indignados que reúnen no pocas simpatías desde ese matacán de esceptismo con el que folklóricamente les contemplan la mayoría de la sociedad, y que se están constituyendo en fenómenos diversos y ya en vías de universalizarse.
  Es esa probable y a la vez deseable "extensión de los movimientos ciudadanos" en pos de una nueva forma de gobernarnos que estamos contemplando en Grecia, Inglaterra, Portugal, Italia, Francia, España, etc...como el 15M y otros similares, la que corre el peligro, a nuestro entender, de ser contaminada y quizá patrimonializada por otras intenciones no precisamente inéditas en nuestra reciente historia, ni tan inócuas a la hora de suponernos esperanzas de futuro en un mundo mejor.
 
   Según una interpretación bastante generalizada entre los politólogos, hay una ideología que surge de las profundas crisis del liberalismo tanto en el plano económico (capitalismo liberal), como en el político (estado de derecho liberal), ó en el ideológico (concepción individualista del mundo), y que la generalización de los conflictos políticos y sociales, cuando estos se producen en un caldo de cultivo transnacional en el que lo patriótico se ve amenazado por lo foráneo (inmigración), deviene en determinar el surgimiento de ese tipo de ideología. Es posible, que no pocos de los indignados de hoy apoyasen un nuevo orden político (al margen de las urnas), que imprima una disciplina (sin corrupción política), asegurando una armonía (sin desestabilizaciones ante el mercado), defendiendo los derechos y la propiedad privada adquirida (derechos sociales de la burguesía), y garantizando la supervivencia del modo de producción del statu quo que nos permitió el actual walfare state (ahora jibarizado)...¿O no?.
 
   Pues bien. Kühnl nos recuerda que en Italia y Alemania, el ascenso de los nacionalsocialismos tuvo lugar cuando el capitalismo resultó incapaz de superar sus propias debilidades y contradicciones, demostrando su incapacidad para asegurar el funcionamiento adecuado de su sistema económico, y una vez que se había derrotado al movimiento obrero, claro.  Y es a este peligro al que nos referimos, y es a la ingenuidad o candidez de algunos movimientos a los que, humildemente desde aquí, intentamos advertir y llamar la atención. 
 
   Decía Trotsky que el fascismo es la alternativa política del capitalismo en épocas de crisis agudas. Al menos así fue en unos momentos de la historia de Europa cuando, además de un capitalismo en crisis, también confluyeron un vacío de la sociedad tradicional y un temor (huída) del socialismo real o utópico. 
 
   Por ello, desde el más decidido y entusiasta apoyo al movimiento 15M, con el que compartimos horas de acampada y desvelo, sólo queremos advertir que debemos poner atención y estar alertas en nuestro trabajo y en nuestras posiciones para evitar "coger atajos" que nos puedan seducir...como las sirenas a Ulises,...pero que quizá nos lleven a donde no queremos.
¿O nos tendremos que atar al mástil?    
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias Alberto. Estupenda reflexión y resumen de lo que ya nos ha ocurrido en un reciente pasado y quizá desgraciadamente nos vuelva a suceder...

Alberto del Pozo dijo...

Estimado "Anónimo"...No tiene ningún mérito ni revelo nada que no sepamos, sino que son reflexiones lógicas que se inspiran en el conocimiento que da la perspectiva (edad), con la suerte de haber tenido que estudiar a algunos historiadores y politólogos en Ciencias Políticas.
Por cierto, me sentiría más confortable si me revelases tu identidad...aunque fuese en clave...
Gracias a tí, y un abrazo.