Hace ya algunos años, pues corría 1995, y en vísperas de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer a celebrar en Pekín, una muy buena amiga mía resultó designada por su organización feminista para ir como delegada a dicho evento, y al preguntarle yo cómo se había organizado ese viaje, ella me resumió los detalles técnicos y domésticos del mismo, llamándome poderosamente la atención que para el viaje y la estancia allí, algunas de estas destacadas activistas de la lucha feminista (entonces menos conocida y divulgada que hoy) deberían compartir vuelo, delegación y habitaciones con algunas otras mujeres que, por entonces, ya eran significadas por su rol político en las filas del, vamos a llamar, sector más conservador y postfranquista del país.
Extrañado, le interpelé a mi amiga que cómo era posible que estas señoras “de bién”, y tan de “como dios manda”, se alineasen en la causa feminista cuando cultural e ideológicamente resultaba más que manifiesto que estas señoras se encontraban en las antípodas de la mayoría de las mujeres que acudían a esa Conferencia....a lo que ella me respondió que ante el machismo, la violencia patriarcal, y contra la desigualdad hacia las mujeres no había ideología concreta, pues en esta arena cabían todas las mujeres ya que, de una forma u otra, todas las mujeres eran víctimas del mismo modelo patriarcal, y por ello participaban sin distinción de color político.
Y yo pensé..”bueno, sí”...pero “no”....
Extrañado, le interpelé a mi amiga que cómo era posible que estas señoras “de bién”, y tan de “como dios manda”, se alineasen en la causa feminista cuando cultural e ideológicamente resultaba más que manifiesto que estas señoras se encontraban en las antípodas de la mayoría de las mujeres que acudían a esa Conferencia....a lo que ella me respondió que ante el machismo, la violencia patriarcal, y contra la desigualdad hacia las mujeres no había ideología concreta, pues en esta arena cabían todas las mujeres ya que, de una forma u otra, todas las mujeres eran víctimas del mismo modelo patriarcal, y por ello participaban sin distinción de color político.
Y yo pensé..”bueno, sí”...pero “no”....
De hecho lo dudé, y aunque eludí el porfiar y entrar en este debate, su respuesta no llegó a convencerme nunca; es más, cada día que pasa estoy más seguro que en esta trinchera de la batalla por la igualdad de mujeres y hombres no es lo mismo el compartir planteamientos progresistas, sociales y defender los valores de la llamada izquierda, que el pertenecer a organizaciones con un elevado porcentaje de pedigrí machista, concluyendo, y perdóneseme la contundencia, que en estas trincheras no caben las mujeres de la derecha ancestral, pues a la simple observación de los comportamientos, actitudes y declaraciones que exhiben, me remito.
En estos últimos tiempos, en los que aprovechando la justificación de la crisis, se están atropellando todos los derechos sociales, y se está retrocediendo a la caverna, y en los que estamos asistiendo a un verdadero golpe de estado de las clases dominantes, es ahora cuando a los políticos que nos gobiernan se les ve el plumero de su más que dudosa “incondicionalidad” profeminista...Y no sólo es le ejemplo que nos ofrece el Ayuntamiento de León, fulminando las estructuras y dependencias municipales que se destinaban a Igualdad, sino el propio ministro de Justicia que, por cierto, hasta ahora era considerado como uno de los más moderados ideológicamente de su partido...y coincide que, en casi todos los casos, estamos refiriéndonos a personas que militan en el partido popular.
Y así nos lo escribe Escolar en la edición digital (aún sin torpedear) de PÚBLICO.es...cuando hace referencia a la violencia estructural que pretexta Gallardón, para hacernos retroceder en el campo de la responsabilidad política y legislativa para la plena consecución de la Igualdad entre hombres y mujeres...
Si el ministro de Justicia quiere apoyar la maternidad, que se olvide de la reforma de la ley del aborto. Las soluciones son otras: más guarderías públicas, horarios laborales razonables, multas más duras contra las empresas que discriminen a las embarazadas, permisos de maternidad y de paternidad como los de Escandinavia y viviendas subvencionadas en alquiler para las parejas jóvenes que se quieran emancipar.
Si al ministro de Justicia le preocupa “la violencia estructural” contra la mujer, que no toque la ley del aborto. La solución no está en su departamento, estaba en el extinto Ministerio de Igualdad, en las leyes contra la violencia de género y contra la discriminación de la mujer; esas medidas de las que tanto se burló el PP cuando estaba en la oposición y que hoy no se sabe con qué dinero se van a pagar.
Si el ministro de Justicia quiere evitar los embarazos no deseados, que no nos cante milongas sobre el aborto. La solución pasa por la educación sexual en los colegios, las campañas de fomento del uso del preservativo y la píldora del día después.
Pero el ministro Alberto Ruiz-Gallardón en realidad no cambia la ley del aborto para apoyar a la maternidad, ni para combatir la violencia de género ni para evitar los embarazos no deseados. Todas estas excusas son tan falsas como la imagen progre del exalcalde de Madrid. La reforma que plantea el Gobierno –regresar a la ley de supuestos, en vez de la actual ley de plazos– lo único que busca es apaciguar al sector más conservador del PP, en contra de lo que opina la mayoría de la sociedad.
Si se vuelve a la regulación anterior, las españolas podrán abortar, pero lo tendrán que hacer sin que se note y con subterfugios: mintiendo a un psicólogo para poder tomar esa difícil decisión o, si la reforma es muy reaccionaria, viajando a Londres (quienes lo puedan pagar). Mezclar la “violencia estructural de género” con el aborto es solo otra hipocresía más. También un insulto a las mujeres, a las que el paternal ministro trata como si fuesen menores de edad....Y si tanto preocupa al Gobierno la maternidad, ¿por qué limita la jornada reducida y el permiso de lactancia en la reforma laboral?.
¿Entonces? ¿no está claro que cuando hablamos de feminismo, y de la lucha por la igualdad en materia de género, no hablamos de lo mismo unos y otros, o sea, los de la derecha y los que no lo somos?...No; creo que mi amiga no tenía toda la razón...y por desgracia, en los próximos años vamos a comprobar cómo esa forma de entender el feminismo de nuestros políticos va a suponer un verdadero jaque a la Igualdad.
(Fuente.- Propia y a propósito de IgnacioEscolar/Publico.es)
3 comentarios:
Chapó.
;)
- VIR -
Una vez en Senegal estuve en un hotel,donde se celebraba una asamblea de mujeres africanas, todas con sobepeso, en un continente de hambre endémica. El poder es masculino y las mujeres que forman parte de la estructura de poder refuerzan lo masculino, siguiendo sus instrucciones. Por poner un ejemplo Elena Salgado, actualmente servidora de Endesa,¿ a quien sirve?¿ a la causa de las mujeres?. Contribyó desde el gobierno a reforzar las multinacionales y a empobrecer más a las mujeres de este pais.
LLegamos al absurdo de reivindicar paridad en la nobleza.A donde vamos a parar.
Lo que realmente se necesita desde mi punto de vista es una derecha o una izquierda antifeminista.
Una revaloración de los principios y valores patriarcales, que a pesar de aceptar la subordinación de la mujer genere un mundo más estable, feliz, seguro y en resumidas cuentas mejor. Hay mucha gente que comparte esta visión y tampoco esta siendo representada ni siquiera por el actual gobierno de derecha.
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