Como forma de imaginar lo que nos espera, con los recortes que veremos en esta sanidad pública que dirigen nuestros políticos ultraliberales, parece oportuno transcribir el artículo que Clara Valverde Gefaell (Presidenta de la Liga del Síndrome de Fatiga Crónica) ha publicado recientemente.
Desde que aumentó el ritmo de los brutales recortes en la sanidad catalana para privatizarla más, en junio del 2011, la administración catalana y otras organizaciones han comenzado, de repente, a organizar actos y jornadas sobre el tema de “los enfermos crónicos y la autogestión”.
En medio del huracán de centros de atención primaria cerrados, aumento en las listas de espera, los ERE en hospitales, urgencias cerradas, recortes en los quirófanos y en los servicios de ambulancias, el Conseller de Salut, Boi Ruiz, ha dicho, muy claramente que “la salud depende de uno mismo, no del Estado” y que “el usuario debe tener la responsabilidad moral porque cuando no trata bien a su salud la tenemos que pagar entre todos”. Y, a continuación, Ruiz y otros que le hacen eco, las élites (la gobernación por élites es una forma preferida de gobernar de los neoliberales que tienen alergia a la democracia), repiten el mismo mensaje, hacen de “la voz del amo”.
Antoni Nello, profesor de la facultad de Ciencias de la Salud Blanquerna- Universitat Ramón Llull, publica en La Vanguardia del 25 de enero de 2012, un artículo con el título “La salud no es un derecho”, en el que afirma que “la salud, como la felicidad, no es un derecho, es un valor” y que “debe haber un equilibrio entre la lucha contra la enfermedad y la muerte y su aceptación como hechos inevitables”.
Esta “aceptación” debe de costar bastante trabajo a los familiares de las personas que están muriendo en Catalunya por los recortes en la sanidad, y por los ciudadanos que tienen infartos en Tarragona, ciudad de 150.000 habitantes, en la que ya no se atienden cardiopatías que no ocurran por las mañanas Estos enfermos no tienen la oportunidad de “luchar contra la enfermedad”, enfermedad que es fácil de tratar si se atiende con rapidez, pero que si no, se torna, en el mejor de los casos, en una enfermedad crónica muy invalidante por el daño que hace al corazón y, en gran parte de los casos, en “un hecho inevitable”: la muerte.
En la misma Facultad de Ciencias de la Salud Blanquerna, se va a llevar a cabo, esta semana, una jornada con el título “La autogestión de la salud: un reto en las enfermedades crónicas”, en la cual figuran ponentes como Nuria Torres, directora de Sanitat Respon (servicio privatizado en el cual ha habido recortes masivos y que tardan en responder al teléfono ahora hasta 45 minutos) y Assumpciò González Mestre, directora del programa de la administración catalana “Paciente Experto”. Sobre este programa, “de paciente pasivo a paciente activo”, ha habido numerosas críticas porque en este programa los pacientes son escogidos por la administración, no por sus conocimientos ni sus capacidades de liderazgo, sino por su capacidad de obedecer. Su tarea implica insistir a otros enfermos para que cambien sus pensamientos negativos por positivos y que tomen su medicación… muy lejos de un paciente experto de verdad: un activista conocedor de su enfermedad que se implica en apoyar y organizarse con otros enfermos).
En otra reciente jornada en Sant Cugat del Vallès, “El paciente crónico frágil”, Boi Ruiz, con la ayuda del doctor Albert Jovell, también habló de la “virtud” de que los enfermos crónicos se autogestionen. La presentación de Jovell tenía el provocador título de “¿Cómo conseguir pacientes co-responsables?”. El resto de los ponentes eran directivos de las empresas sanitarias catalanas. Ninguna asociación de pacientes figuraba entre los ponentes.
A los que prestaron atención a las manipulaciones y privatización de la sanidad catalana en los años del gobierno Tripartito-Entesa (2003-2010), el doctor Jovell les será muy familiar. Pasó de trabajar para el Departament de Salut en la Agencia d’Avalució de Tecnologia i Recerca Médiques a lanzar la “Universidad de Pacientes” en las que cada “aula” está a cargo de una empresa farmacéutica: “Aula Roche de Artritis Reumatoide”, “Aula Almirall de Depresión”, “Aula Novartis de Asma”, etc.
En medio del huracán de centros de atención primaria cerrados, aumento en las listas de espera, los ERE en hospitales, urgencias cerradas, recortes en los quirófanos y en los servicios de ambulancias, el Conseller de Salut, Boi Ruiz, ha dicho, muy claramente que “la salud depende de uno mismo, no del Estado” y que “el usuario debe tener la responsabilidad moral porque cuando no trata bien a su salud la tenemos que pagar entre todos”. Y, a continuación, Ruiz y otros que le hacen eco, las élites (la gobernación por élites es una forma preferida de gobernar de los neoliberales que tienen alergia a la democracia), repiten el mismo mensaje, hacen de “la voz del amo”.
Antoni Nello, profesor de la facultad de Ciencias de la Salud Blanquerna- Universitat Ramón Llull, publica en La Vanguardia del 25 de enero de 2012, un artículo con el título “La salud no es un derecho”, en el que afirma que “la salud, como la felicidad, no es un derecho, es un valor” y que “debe haber un equilibrio entre la lucha contra la enfermedad y la muerte y su aceptación como hechos inevitables”.
Esta “aceptación” debe de costar bastante trabajo a los familiares de las personas que están muriendo en Catalunya por los recortes en la sanidad, y por los ciudadanos que tienen infartos en Tarragona, ciudad de 150.000 habitantes, en la que ya no se atienden cardiopatías que no ocurran por las mañanas Estos enfermos no tienen la oportunidad de “luchar contra la enfermedad”, enfermedad que es fácil de tratar si se atiende con rapidez, pero que si no, se torna, en el mejor de los casos, en una enfermedad crónica muy invalidante por el daño que hace al corazón y, en gran parte de los casos, en “un hecho inevitable”: la muerte.
En la misma Facultad de Ciencias de la Salud Blanquerna, se va a llevar a cabo, esta semana, una jornada con el título “La autogestión de la salud: un reto en las enfermedades crónicas”, en la cual figuran ponentes como Nuria Torres, directora de Sanitat Respon (servicio privatizado en el cual ha habido recortes masivos y que tardan en responder al teléfono ahora hasta 45 minutos) y Assumpciò González Mestre, directora del programa de la administración catalana “Paciente Experto”. Sobre este programa, “de paciente pasivo a paciente activo”, ha habido numerosas críticas porque en este programa los pacientes son escogidos por la administración, no por sus conocimientos ni sus capacidades de liderazgo, sino por su capacidad de obedecer. Su tarea implica insistir a otros enfermos para que cambien sus pensamientos negativos por positivos y que tomen su medicación… muy lejos de un paciente experto de verdad: un activista conocedor de su enfermedad que se implica en apoyar y organizarse con otros enfermos).
En otra reciente jornada en Sant Cugat del Vallès, “El paciente crónico frágil”, Boi Ruiz, con la ayuda del doctor Albert Jovell, también habló de la “virtud” de que los enfermos crónicos se autogestionen. La presentación de Jovell tenía el provocador título de “¿Cómo conseguir pacientes co-responsables?”. El resto de los ponentes eran directivos de las empresas sanitarias catalanas. Ninguna asociación de pacientes figuraba entre los ponentes.
A los que prestaron atención a las manipulaciones y privatización de la sanidad catalana en los años del gobierno Tripartito-Entesa (2003-2010), el doctor Jovell les será muy familiar. Pasó de trabajar para el Departament de Salut en la Agencia d’Avalució de Tecnologia i Recerca Médiques a lanzar la “Universidad de Pacientes” en las que cada “aula” está a cargo de una empresa farmacéutica: “Aula Roche de Artritis Reumatoide”, “Aula Almirall de Depresión”, “Aula Novartis de Asma”, etc.
El doctor Jovell, “niño de oro” del PSC-PSOE, se autoproclamó presidente del Foro Español de Pacientes y nombró a su mujer, la doctora Maria Dolors Navarro, presidenta del Fòrum Català de Pacients. Jovell y Navarro se dedican, con gran apoyo de las farmacéuticas y del Departament de Salut, a “representar” a los pacientes. En 2009, la entonces Consellera de Salut, Marina Geli, nombró a la doctora Navarro “única representante legítima” de los 250.000 enfermos de fibromialgia (FM) y del Síndrome de Fatiga Crónica (SFC) en Catalunya, aunque no tenía conocimientos ni contactos con los enfermos de estas patologías ni sufre ninguna de ellas. No se sabe si por cobardía o por elegancia, la doctora Navarro nunca acudió a las reuniones de las asociaciones de FM-SFC con la administración.
Todos estos políticos, profesores y médicos son los que se quieren asegurar de que los enfermos crónicos se “autogestionen” y no se les ocurra, como ya pasa con tantos enfermos en Catalunya, protestar ni hacer ocupaciones en los Centros de Salud que están amenazados de cierre o que ya están cerrados, que se queden en sus casas con pensamientos positivos y “gestionen” sus vidas con pensiones de 300 euros y sin rebelarse como los “Yayoflautas”.
Mientras la administración recorta y nos roba nuestra sanidad pública, sus aliados “educan” a los estudiantes de ciencias de la salud para que acepten el estatu quo, y a los enfermos para que se callen y se autogestionen, para que así, Boi Ruiz, Josep Prats y sus amigos, puedan seguir privatizando y haciendo el negocio del siglo con nuestra salud.
(Fuente.- Clara Valverde, en Rebelión)
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